El fútbol ha quedado a la sombra de las protestas desatadas tras la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, después de ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por supuestamente llevar mal puesto el velo islámico.
Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de "mujer, vida, libertad", que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Al menos 342 personas han muerto en las manifestaciones según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo, mientras que cinco personas han sido condenadas a muerte por su participación en las movilizaciones.
La habitual pasión futbolística de los iraníes ha desaparecido para dar paso a la apatía, a pesar de que Irán se enfrenta a Inglaterra y Estados Unidos, quizás los mayores rivales históricos del país persa.
Poco se habla de la tercera participación del llamado "Team Melli” en una Copa Mundial o si pasará de la fase de grupos por primera vez, más allá de los medios estatales.
EXPECTATIVAS
La mayores expectativas residen en que si en el minuto 22 del encuentro Inglaterra-Irán de mañana lunes los aficionados responderán al llamamiento para protestar dentro del estadio en Catar por la muerte de Amini y la brutal represión de las protestas.
También se discute acerca de qué harán los futbolistas durante el himno nacional antes de comenzar el encuentro y cómo celebrarán los goles, si los marcan.
Y es que los futbolistas se han descubierto cómo unos inesperados “rebeldes” durante las protestas.
El último caso fue el de la leyenda del fútbol iraní Ali Daei, quien anunció que había rechazado una invitación para acudir al Mundial de Qatar como muestra de solidaridad con las familias que han perdido a seres queridos.
En las primeras semana de las movilizaciones, varios futbolistas mostraron su apoyo a los manifestantes, como fue el caso en el Irán-Senegal del 27 de septiembre, cuando los jugadores iraníes escucharon el himno con chaquetas negras.
Son solo dos ejemplos entre multitud de casos de apoyo de futbolistas a las protestas.
Ante esta situación, la Federación de Fútbol de Irán (FFIRI) advirtió que castigará a los jugadores que hagan gestos de carácter político siguiendo el Código de Ética del Comité Olímpico y las normas de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).
Entre los jugadores que competirán en Catar el que más se ha significado ha sido Sardar Azmoun, delantero del Bayer Leverkusen y el mejor jugador de la selección iraní.
Pese a las presiones de su país para que dejara de publicar mensajes de apoyo a las protestas, Azmoun ha continuado con ello hasta el punto de que estuvo cerca de quedarse fuera de la convocatoria de Carlos Queiroz.
TURISMO
Irán planeaba explotar su cercanía con Catar para potenciar su diezmada industria turística y, a través de ello, su economía.
Así, el Gobierno iraní acordó en abril con Catar potenciar los vuelos desde Doha con la isla iraní de Kish, en el golfo Pérsico, y ofrecer a los visitantes que tuviesen entradas para partidos del mundial visas gratuitas, que cuesta unos 75 euros para los europeos.
Pero los medios iraníes han informado recientemente de que “ninguna de las promesas realizadas por las autoridades (respecto al mundial) se han materializado", sin dar más detalles.
Más aún, el diario reformista Etemad informó de que las 20.000 habitaciones de hotel reservadas para los posibles turistas procedentes de Catar están vacías.
INTENTO DE MOVILIZACIÓN
Ante la apatía popular, el Gobierno está tratando de movilizar el apoyo de la población, usando mensajes nacionalistas y no religiosos.
Así, en un cárteles a lo largo de Teherán se muestra a jugadores del Team Melli con héroes de la historia iraní preislámica y las portadas de los principales diarios oficiales han estado copadas por la selección durante esta semana.
Aparentemente en vano.
“Hay cero interés en el mundial”, resume un iraní en Teherán.