IRIS2, bautizada así por la deidad mensajera de los dioses en la mitología griega, corresponde a las siglas de Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad por satélite, y contará con un presupuesto de 2.400 millones de euros hasta 2027, cuando se espera que ofrezca servicios de comunicación fiables, seguros y rentables a escala mundial.
Los servicios netamente gubernamentales de la próxima red de satélites europea se combinarán con los comerciales y la provisión de banda ancha a lugares donde hasta ahora no había llegado la conexión rápida a internet en la UE, pero también fuera de ella, aseguraron este viernes fuentes comunitarias.
A falta de su aprobación formal por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, los negociadores de ambos colegisladores llegaron el jueves a un acuerdo político sobre el programa de conectividad segura de la UE para el periodo 2023-2027 -solo nueves meses después de su presentación por la Comisión Europea-, que pondrá en marcha la nueva constelación en sinergia con las ya existentes de Copernicus (observación de la Tierra) y Galileo (navegación por satélite).
En palabras de la Comisión, que será la gestora del proyecto, en un contexto geopolítico en el que “se multiplican” las amenazas cibernéticas e híbridas, la preocupación por la seguridad y la resiliencia es cada vez mayor y se exige una mejora cuantitativa y cualitativa de las capacidades de los países de la UE en materia de comunicaciones por satélite más seguras, de baja latencia y mayor ancho de banda.
USOS PÚBLICOS Y PRIVADOS
El nuevo sistema apoyará una gran variedad de aplicaciones gubernamentales, principalmente en los ámbitos de la vigilancia (por ejemplo, de fronteras), la gestión de crisis (para repartir ayuda humanitaria) y la conexión y protección de infraestructuras clave (por ejemplo, comunicaciones seguras para las embajadas de la UE).
Se trata de una constelación “soberana” de la UE, según las fuentes europeas, que impondrá ciertos criterios de seguridad y elegibilidad a los servicios que vaya a proporcionar.
Los servicios gubernamentales que preste atenderán a la seguridad y a la defensa, pero se prevén también aplicaciones para el mercado de masas, como el acceso por satélite a internet de banda ancha móvil y fija, la conexión para los transportes o los servicios basados en la nube.
La cobertura abarcará toda Europa, incluidas las llamadas zonas muertas sin conexión de alta velocidad, pero podrá llegar además a otras zonas del mundo de interés estratégico para la UE, como el Ártico o África.
“Es también un activo geopolítico, ya que podremos ofrecer, en una asociación con socios africanos, conectividad en África”, comentaron las fuentes.
DESARROLLO
El acuerdo político al que han llegado el Consejo (los Estados miembros) y la Eurocámara deja claro que, para el desarrollo de la nueva constelación, se apoyarán en la industria europea, "actores fuertes del sector espacial”, pero también en empresas de nueva generación y pymes, para las que se ha convenido un 30 % de participación en los contratos.
Igualmente, la nueva constelación estará “a la vanguardia de la tecnología”, ya que se basará en la criptografía cuántica a través de la Infraestructura Europea de Comunicación Cuántica (EuroQCI), y en en una ciberseguridad mejorada que dará un nivel de garantías “sin precedentes” a los usuarios.
Gracias a que será la primera constelación europea de satélites multiorbitales (órbitas baja, media y geosincrónica), ofrecerá diferentes escalas para capacidades futuras.
La puesta en marcha de la nueva constelación se ejecutará en cooperación con la Agencia Espacial Europea y el sector espacial comunitario, y la infraestructura será adquirida por la Comisión a través de una asociación público-privada mediante contratos adjudicados por concurso a la industria.
Desde Bruselas están convencidos de que esta nueva infraestructura espacial estratégica beneficiará con sus comunicaciones seguras a “todos los europeos” y el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, ya ha considerado el acuerdo para crearla como “histórico”.