El apartado dedicado a energía reconoce la preocupación por el impacto de la crisis energética (derivada de la guerra en Ucrania) en el cumplimiento “oportuno” de las promesas y compromisos relacionados con la transición energética y la diversificación de la energía, y subraya la importancia de evitar un retroceso en las promesas relacionadas con la acción y el apoyo.
Así, urge a aumentar la proporción de las renovables en el mix energético y alienta a que sigan los esfuerzos para acelerar las medidas encaminadas a la reducción progresiva de la producción de energía con carbón más emisora, y a la eliminación progresiva y racionalización de las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles, "en consonancia con las circunstancias nacionales y reconociendo la necesidad de apoyar la transición justa".
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Esta redacción introduce los matices de "racionalización" y "en consonancia con las circunstancias nacionales" respecto a la cumbre de Glasgow (COP26), en cuyo acuerdo final quedó recogido, por primera vez, reducir la energía con carbón y eliminar progresivamente las subvenciones a los combustibles fósiles (como, por ejemplo, petróleo, gas natural o carburantes).
Además, deja fuera las aspiraciones de los grupos ecologistas o de países como India de que el texto recogiera la petición de reducir gradualmente la producción de combustibles fósiles.
En mitigación (reducción de emisiones), insta "encarecidamente" a los países a ajustar sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) al objetivo de limitar el calentamiento global del Acuerdo de París (entonces se estableció que fuera inferior a entre 2°C o 1,5° pero tras alarmantes informes científicos la comunidad internacional habla de limitarlo a 1,5°C).
En otro párrafo reafirma que para limitar el calentamiento global a 1,5°C es necesario reducir de forma rápida, profunda y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero (un 45 % para 2030 en relación con 2010 y llegar a cero emisiones netas en 2050) y pide a los países que en sus estrategias de mitigación tengan en cuenta los informes científicos.
Además, reclama estrategias nuevas o actualizadas de desarrollo a largo plazo con bajas emisiones y a que participen de manera constructiva en el Programa de Trabajo de Mitigación con el fin de aumentar las ambición en reducción de emisiones en este decenio "crítico".
También reconoce la importancia de abordar y evitar los efectos económicos y sociales negativos de la aplicación de las medidas de respuesta al cambio climático.
Respecto a cómo financiar las compensaciones a los países vulnerables por las pérdidas y daños sufridos en su territorio por los desastres naturales derivados del cambio climático, el texto por ahora no recoge métodos concretos para hacerlo dado que continúan abiertas las negociaciones.
Así, se limita a señalar que una respuesta adecuada y eficaz a los efectos del cambio climático debe ser la de garantizar la seguridad de las personas, y que contar con una respuesta adecuada y eficaz a las pérdidas y daños “es de gran importancia para que el proceso de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático siga siendo creíble y pertinente”.