"Hemos recogido una lista de elementos en colaboración con lo que hemos escuchado. Pero es un proceso que continúa, en el que tiene que haber textos más maduros. Habrá referencias (a los combustibles fósiles), pero existe ahora una serie de temas muy conflictivos", indicó en la rueda de prensa diaria el portavoz habitual de la presidencia de la COP27, Wael Aboulmagd.
El diplomático egipcio indicó que habrá que "asegurar" que se puede "encontrar el lenguaje correcto" para incluir el tema de los combustibles fósiles y de esa manera, "poder volver a la propuesta".
Ya la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Teresa Ribera, señaló el martes en declaraciones a la prensa en Sharm el Sheij, sede de la COP27, que, por ahora, la propuesta para el acuerdo por el clima que saldrá de la cumbre no recoge mención alguna al fin de los subsidios a los combustibles fósiles.
En la cumbre de Glasgow del año pasado, uno de los puntos del pacto final recogía el compromiso de las partes a acelerar los esfuerzos para la reducción progresiva de la producción de energía con carbón y la eliminación de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles.
Ante las dificultades y el retraso para cubrir los diferentes puntos de la agenda, como mitigación, adaptación, así como pérdidas y daños, Aboulmagd apuntó que ninguno de ellos "es más importante que otro".
Pidió, sobre todo, que se materialice el apoyo económico porque "la ambición sin apoyo es la manera más rápida para ir a ningún sitio".
El egipcio destacó que el trabajo técnico "se ha reanudado" después de que en los pasados dos días no hubiera avances y tuvieran que nombrar a ministros, entre ellos la española Ribera, como facilitadores, para "asistir" en las negociaciones y "empujar entre algunos de los temas con una dimensión más política que requieren un nivel de intervención".
A dos días de que finalice la COP27, la cumbre se ha llenado de mensajes contrapuestos de insatisfacciones y dudas, mientras uno de los principales problemas está siendo la financiación del capítulo de pérdidas y daños, donde se espera que los países más desarrollados compensen a los más vulnerables por los daños a causa del cambio climático que estos sufren pero de los que no han sido responsables.