"Presenté mi renuncia al cargo de juez de primera instancia del ramo penal", así anunció el Juez Gálvez, por medio de un video difundido en sus redes sociales, que dejará de impartir justicia después de más de 20 años de carrera.
Gálvez, de 64 años, fue hasta este martes el titular del juzgado de mayor riesgo "B" y al frente de este procesó a militares acusados de delitos de lesa humanidad, pandillas, narcotraficantes, funcionarios corruptos e incluso envió a juicio al expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina.
Además, Gálvez, en su mensaje de renuncia, advirtió que "la independencia judicial en Guatemala está siendo manipulada y no se están garantizado las garantías constitucionales".
Su retiro no llegó de la noche a la mañana, la salida de Gálvez es producto de varios años bajo críticas y amenazas de diversos actores.
Este año, el juez fue acusado por la organización de extrema derecha denominada Fundación contra el Terrorismo, de ordenar “detenciones ilegales” contra militares retirados, acusados de crímenes de guerra.
Los militares que Gálvez envió a juicio son 10 exmiembros del Ejército de Guatemala y de la Policía, que serán juzgados por el asesinato y desaparición de 183 personas durante el conflicto armado interno (1960-1996), en un caso conocido como "Diario Militar".
Se trata de un documento de inteligencia militar que da cuenta de un listado de personas de oposición que fueron perseguidas y eliminadas.
El juez Gálvez había advertido previo a su renuncia que el proceso de antejuicio en su contra estuvo lleno de anomalías.
El pasado 13 de noviembre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó al Estado que el juzgador posee medidas cautelares en beneficio de su integridad e independencia judicial.
Desde el 4 de noviembre, Gálvez salió del país según anunció el Instituto Guatemalteco de Migración y posteriormente la noticia fue confirmada por el juez.
El día de su salida, su abogado presentó las pruebas de descargo en el caso de antejuicio en su contra.
"No había entendido como lo entiendo ahora, que la Justicia es cuestión de poder y no control de poder", fue el mensaje final del juez, quien solicitó al pueblo de Guatemala que exista organización para que no se roben la esperanza de una "justicia que añoramos los guatemaltecos".
Gálvez se convierte en el segundo juez anticorrupción de Guatemala que deja su cargo y sale del país en ocho meses. En marzo, la jueza Erika Aifán se exilió en Estados Unidos en un proceso de antejuicio similar, donde también señaló que se estaban violando las garantías de su defensa.
Tanto Gálvez como Aifán fueron parte de los jueces que conocieron en tribunales las investigaciones que realizó la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), la cual reveló más de una decena de estructuras criminales operando en el Estado.
La Federación Latinoamericana de Magistrados (FLAM) y Unión Internacional de Magistrados (UIM) denunciaron en octubre, durante una visita a Guatemala, que este país y sus autoridades propiciaron un escenario precario y de riesgo para los jueces de alto impacto.