Estos actos “solo son vandalismo contra un patrimonio que es de toda la comunidad”, explicó ICOM, organismo con sede en París que agrupa a actores relacionados con los museos de 138 países.
La institución condenó además los actos sufridos por otros recintos culturales "bajo las supuestas reivindicaciones contra el cambio climático".
También destacaron que este tipo de acciones dan "una falsa imagen de espacios inseguros e instituciones insolidarias" a los museos, que -aseguran- ya han tomado diversas medidas para ser más sostenibles.
Los activistas que realizan estos actos reivindicativos "subestiman la fragilidad de estas irremplazables obras", añadió ICOM, cuya declaración de repudio fue apoyada por casi un centenar de museos en el mundo.
Los cuadros atacados en museos por activistas
Estas declaraciones se suceden tras una serie de actos reivindicativos en museos contra el cambio climático y el uso del petróleo, como cuando dos activistas tiraron sopa de tomate a Los girasoles de Van Gogh en la National Gallery de Londres el pasado 14 de octubre.
Nueve días más tarde, otros dos simpatizantes de otro grupo lanzaron puré de patata contra un cuadro de Claude Monet, de la serie “Les meules” (“Los almiares”) expuesto en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín.
En España, el 6 de noviembre dos miembros del grupo activista “Futuro vegetal” se pegaron a los marcos de “La maja desnuda” y “La maja vestida” de Goya, ubicados en el Museo del Prado de Madrid tras escribir “+1,5″ en la pared.
Este acto sucedió después de que la ONU anunciase que no se cumplirá el acuerdo de París, que establecía un límite de 1,5 grados a la subida de temperaturas a nivel mundial respecto a los niveles preindustriales.