Hace un año, Francia conoció el demoledor alcance de los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica. Una comisión independiente estimó que unos 216.000 menores fueron víctimas de sacerdotes y religiosos en Francia entre 1950 y 2020.
Jean-Pierre Ricard, exobispo de Burdeos y cardenal, reconoció una conducta “reprobable” hacia una menor de 14 años hace 35 años, declaró Éric de Moulins-Beaufort, en Lourdes, donde los prelados celebran su reunión anual.
“Hace 35 años, cuando era párroco, me comporté de forma reprobable con una niña de 14 años. Mi comportamiento necesariamente causó consecuencias graves y duraderas a esta persona”, escribió el cardenal en un mensaje leído por Moulins-Beaufort.
El purpurado de 78 años asegura además que se puso a disposición de la justicia, tanto la civil como la canónica, y que pidió “perdón” a la víctima.
Otro de los obispos es Michel Santier, al que las autoridades del Vaticano sancionaron en 2021 por “abusos espirituales con resultado de ‘voyeurismo’ a dos hombres adultos” en los años 90.
El silencio sobre su sanción provocó un gran enfado en las últimas semanas entre católicos y grupos de víctimas.
En total, diez exobispos están acusados, ocho de ellos por abusos, como Ricard y Santier, y dos por no denunciar las agresiones. El undécimo, Pierre Pican, falleció en 2018 y fue condenado por no denunciar los hechos, según la Conferencia Episcopal Francesa (CEF).
Sin entrar en los detalles, su presidente apuntó a la “gran diversidad de situaciones sobre los hechos cometidos o de los que les acusa”.
Los 120 miembros de la CEF se reúnen desde el pasado jueves en Lourdes para trabajar en “propuestas concretas” para mejorar la comunicación y la transparencia sobre las medidas canónicas adoptadas contra los religiosos acusados de agresión sexual.