Estos certificados permiten a las relaciones LGTBQ ser tratadas como parejas casadas para algunos servicios públicos en cuestiones como la vivienda, la medicina o las ayudas sociales.
Más de 200 administraciones locales de Japón han llevado a cabo iniciativas para reconocer las uniones del mismo sexo desde que el distrito tokiota de Shibuya lanzara este sistema en 2015.
Aunque no implica los mismos derechos de un matrimonio, esta medida representa un cambio bienvenido para parejas como Miki y Katie, que durante mucho tiempo no tuvieron prueba oficial de su relación.
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En los últimos años, Japón, gobernado por un partido conservador que abraza los valores familiares tradicionales, dio pequeños pasos hacia la aceptación de la diversidad sexual.
Cada vez más empresas apoyan el matrimonio igualitario y los personajes LGTBQ aparecen más abiertamente en programas de televisión. Un sondeo en 2021 de la televisión NHK mostraba un apoyo del 57% al matrimonio igualitario, contra un 37% en contra.
Pero sigue habiendo obstáculos.
Un tribunal de Sapporo consideró el año pasado que la ausencia de un matrimonio igualitario legal vulneraba el principio constitucional de igualdad, pero en junio otra corte en Osaka sentenció lo contrario.
El primer ministro, Fumio Kishida, fue cauteloso sobre la posibilidad de reconocer a nivel nacional las uniones del mismo sexo.