"Nuestro objetivo sería que antes de final de año pueda ser aprobada en el Congreso de los Diputados. Luego pasaría al Senado, que debería empezar su tramitación en febrero. Si todo fuera como yo quisiera, podría quedar aprobada en marzo del 2023", afirmó el ministro en una entrevista con EFE en Buenos Aires.
El titular de Universidades recordó que este proyecto de ley ha recibido más de 800 enmiendas de los grupos parlamentarios y reconoció que el principal reto es "conseguir 176 votos", algo que presumiblemente se conseguiría con las fuerzas favorables a la investidura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
"Si uno ve qué apoyos ha tenido este Gobierno en los últimos tiempos, puede llegar a imaginar el tipo de composición mayoritaria que esperamos conseguir", aseveró el político catalán, para quien también resulta fundamental el consenso de las comunidades autónomas.
La ley de reforma universitaria, aprobada en Consejo de Ministros el pasado 21 de junio, obligará a que los contratos temporales no excedan el 8 %, frente al 40 % que permite la legislación vigente; mandata a las universidades a dedicar al menos un 5 % de su dinero a investigación propia y plantea una inversión mínima del 1 % del PIB, sin aclarar el horizonte temporal en el que se alcanzará dicho porcentaje.
En cuanto al estudiantado, la LOSU reconoce por primera vez el derecho al paro académico sin que la no asistencia a clase o examen implique una sanción o castigo por este motivo.
Esta normativa, que necesitará mayoría absoluta para su aprobación parlamentaria por su carácter orgánico, incorpora asimismo "la idea del horizonte de gratuidad", señaló Subirats, quien resaltó la reducción de las tasas universitarias y la duplicación del número de becas durante los últimos meses.
Con todo, el ministro subrayó su intención de "ir más allá" y conseguir que las personas procedentes de ámbitos de "gran vulnerabilidad social" no solamente tengan becas, sino ayudas en forma de "becas-salario" para que puedan seguir sus estudios sin necesidad de trabajar.
"La democratización del sistema educativo universitario no es solamente la gratuidad y la eliminación de los aranceles, sino también la ayuda para que un estudiante pueda mantener esa posición y no tenga que ir al mundo del trabajo", afirmó el titular de Universidades.
RETOS DE LA LEGISLATURA
La aprobación de la LOSU antes del final de la legislatura no es el único reto para el Ministerio de Subirats, que pretende "potenciar mucho" la relación entre las universidades y el desarrollo local, así como lograr que las publicaciones científicas "estén abiertas a todo el mundo".
El político catalán también manifestó su propósito de incorporar a la ciudadanía en los procesos de investigación científica e impulsar las agendas de igualdad de género y salud mental, algo que provoca "preocupación" por las "dificultades que se están dando en el mundo de la adolescencia y la juventud".
"Todos esos temas van a constituir un campo de trabajo paralelo al de la ley y que nos va a ocupar hasta finales de legislatura", concluyó el ministro.