Los rescatados, procedentes de Irán y Afganistán, pudieron ponerse a salvo en un pequeño islote, donde fueron recogidos por una embarcación de los guardacostas.
Según sus testimonios, el barco de vela había partido desde Esmirna, en Turquía, con 68 personas a bordo.
La operación de búsqueda en la que participan tres embarcaciones y un helicóptero de la Guardia Costera se desarrolla en condiciones adversas, pues en la zona soplan vientos del norte con fuerza 8 en la escala de Beaufort, con rachas fuertes.
Según un comunicado de la Guardia Costera, los propios migrantes llamaron al teléfono de emergencia internacional 112 avisando de que corrían peligro sin indicar la ubicación exacta.
Mientras tanto continúa la búsqueda de ocho desaparecidos del naufragio de una balsa ocurrido el lunes cerca de la isla de Samos, en el que pudieron ser rescatados cuatro hombres.
Hasta el momento las fuerzas de rescate no han hallado ni personas con vida ni cuerpos, pero los supervivientes aseguraron que en el bote iban doce personas.
En las últimas semanas se han multiplicado los naufragios en aguas griegas, en la mayoría de los casos con decenas de desaparecidos.
Aunque las temperaturas todavía son buenas, los vientos, muy frecuentes en el Egeo, arrecian y dificultan cualquier navegación, aún más las de embarcaciones endebles y sobrecargadas.