Thomas McCool, coordinador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), informó este viernes en una teleconferencia que a partir de este noviembre esta entidad gubernamental empezará a distribuir los primeros contenedores industriales adaptados para servir como vivienda a quienes hayan perdido su hogar por Ian.
El funcionario señaló que los beneficiarios de la Asistencia Directa de Vivienda Provisional renovarán este programa mes a mes, con un tope de hasta 18 meses, y esperan ayudar a “varios miles” de personas y familias afectadas por el huracán, que el pasado 28 de septiembre tocó tierra en el sur de la costa floridana del Golfo de México con vientos de 240 kilómetros por hora.
Este programa incluye además casas prefabricadas, remolques de viajes, además del alquiler directo de viviendas y la reparación de edificios multifamiliares.
Por su parte, el director de la División de Manejo de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, informó en la misma teleconferencia que el estado empezará a entregar en los próximos 10 o 14 días los primeros tráiler de un total de unos 2.000 que se usarán como viviendas temporales durante al menos 6 meses, en especial en los condados Charlotte, Collier, DeSoto y Lee.
La implementación de este programa se debe a que la asistencia de alquiler que se está entregando no da abasto para cubrir el problema de vivienda de miles de afectados, como se informó este viernes, a la vez que ambos funcionarios recordaron que hay otras iniciativas desarrolladas por organizaciones humanitarias para ayudar en esta materia.
McCool señaló que hasta la fecha más de 170.000 hogares han solicitado ayuda financiera a FEMA, que tiene aún en el terreno a más de 2.400 empleados y en total ha entregado más de 1.560 millones de dólares en subvenciones, préstamos y pagos de las aseguradoras de inundación al estado y a las familias.
De esa cifra, 661.6 millones han ido a familias para cubrir gastos de vivienda y otras necesidades.
“Incluso para un estado que no es ajeno a los huracanes, esto fue enorme. Supuso un reto para nuestros colaboradores a nivel estatal, local y federal como no se había visto en muchos años”, reconoció McCool.
Guthrie estimó que el despliegue de respuesta desarrollado por el estado podría quedar cerrado en unos siete años, un tiempo que es menor que el dispuesto frente a otras catástrofes naturales como el huracán Michael, que impactó en el noroeste de Florida en 2018.
Muertes y devastación
Ian tocó tierra como un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, y tras cruzar la península de Florida de oeste a este, salió al Atlántico e impactó después en Carolina del Sur.
Hasta unos 42.000 operarios trabajaron en la restauración de energía en Florida, donde en las primeras 24 horas posteriores al impacto del huracán unos 2,7 millones de hogares se quedaron sin energía.
De acuerdo a la web especializada Poweroutage, exactamente un mes después de la llegada de Ian a Florida aún 6.464 abonados no tienen suministro en Florida hasta hoy, 4.917 de ellos en el condado Lee, la “zona cero” de Ian.
De acuerdo a la comisión de médicos forenses de Florida, a día de hoy 119 personas han muerto en este estado a causa del huracán, que además dejó al menos 1.800 millones de dólares en pérdidas agrícolas según un informe preliminar de la autoridad estatal en ese ámbito.
Por su parte, la Florida Hurricane Catastrophe Fund, comúnmente conocida como “Cat Fund”, un programa estatal que brinda cobertura de respaldo crítica a las aseguradoras de propiedades, dio cuenta de una pérdida de 10.000 millones de dólares en pérdidas por el huracán Ian, según informaron el miércoles funcionarios de esta entidad.