Los certificados de emisión -cuyo precio afecta al de los combustibles fósiles utilizados para la calefacción y el transporte- se mantendrán congelados el año que viene en 30 euros por tonelada.
El incremento en 5 euros por tonelada previsto para 2023 se aplazará a 2024 y en 2015 los certificados costarán 45 euros en lugar de los 55 planificados cuando en 2021 se aprobó la ley actualmente en vigor.
El Ministerio de Economía informó hoy en un comunicado de que los fondos recaudados con la venta de certificados se redistribuirán entre los ciudadanos, por ejemplo a través de programas para el fomento de reformas arquitectónicas de ahorro energético o de la movilidad eléctrica.
El ministro de Economía, el verde Robert Habeck, señaló por su parte que, tal y como demuestra la actual crisis energética, los combustibles fósiles no tienen futuro.
"Sin embargo, la protección del clima no es posible sin justicia social, ambas deben ir siempre de la mano", afirmó, y justificó así la reducción del precio de las emisiones.
El objetivo es evitar crear, con el cambio de año, una carga adicional para los hogares particulares y para las empresas a través de un incremento de los precios de los carburantes, en vista de las fuertes subidas que ha experimentado ya la energía, agregó.
Otro cambio introducido por la ley que ha aprobado este viernes el Bundesrat es que a partir del 1 de enero de 2023 quedarán sujetas al sistema de certificados también las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la quema de carbón.
Sin embargo, en el caso de la quema de productos de deshecho se aplazará la introducción a enero de 2024 para otorgar al sector algo más de tiempo para preparar la implementación de la medida.