En una rueda de prensa virtual, Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de Vacunación en la EMA, explicó que, un mes después de la llegada del otoño, ya “estamos viendo un incremento general casos de COVID-19 y de la cifra de muertos” por esta enfermedad en Europa, así como un aumento de las hospitalizaciones de pacientes mayores de 65 años.
“Se espera una nueva ola en las próximas semanas causada por subvariantes de Ómicron, según datos recogidos por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). La pandemia aún no ha terminado y todavía estamos en una emergencia global”, sentenció.
La subvariante de Ómicron conocida como BQ1 ha sido ya identificada en al menos cinco países europeos y, según el ECDC, amenaza con ser la predominante a finales de noviembre o principios de diciembre. Aunque no está claro si causará una COVID-19 más grave, "sí se sabe que tiene una alta capacidad de esquivar la inmunidad obtenida por vacunación o contagio natural, incluido con Ómicron”.
La mutación detectada del SAR-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, demuestra que el virus es "más rápido de lo que podemos ser en la adaptación de las vacunas” y, además, solo se debería considerar la actuación de las dosis “cuando la diferencia entre las cepas en circulación y la composición de las vacunas sea mayor”.
Además, se espera que tanto el SAR-CoV-2 como el virus de la gripe circulen al mismo tiempo este otoño e invierno, lo que aumenta el riesgo para las personas más vulnerables.
Dado esta situación, las recomendaciones más urgentes de la EMA siguen siendo recibir la vacunación conjunta de la gripe y de la COVID-19, especialmente los grupos de riesgo, es decir, personas cuyo estado de salud les pone en mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave, lo que incluye a mayores de 60 años, embarazadas y pacientes con comorbilidades.
La EMA también recomienda vacunar a los niños con enfermedades subyacentes para protegerlos contra la hospitalización y la muerte causada por COVID-19 grave, aunque la decisión sobre el inicio de la campaña de vacunación a los más pequeños depende de los Estados miembros de la Unión Europea (UE).
La EMA respaldó la semana pasado el uso de las vacunas originales de Pfizer (Comirnaty) y Moderna (Spikevax) para proteger de la COVID-19 a niños de entre 6 meses y 5 años, aunque en dosis más pequeñas que las recomendadas para el resto de los adultos.