Liz Truss, la primera ministra británica, dimitió este jueves, debilitada por haber tenido que renunciar a casi la totalidad de las medidas anunciadas a fines de septiembre que asustaron a los mercados financieros.
Truss asumió el pasado 6 de septiembre. Fue la última primera ministra que recibió la nominación para formar gobierno por parte de la reina Isabel II quien falleció dos días después.
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Truss renunció al liderazgo del Partido Conservador y estará en funciones hasta tanto esta formación política elija a su sucesor.
La política, de 45 años, se reunió esta mañana con el jefe del grupo de diputados conservadores, Graham Brady, quien tiene la responsabilidad de organizar las mociones de censura interna y convocar a las elecciones de nuevos líderes en su partido.
Conflictos internos
Al menos trece diputados del partido gobernante confirmaron que no confían en la jefa del Gobierno ahora renunciante, que ha perdido autoridad tras haber tenido que anular en la práctica la totalidad de su proyecto político y económico por el caos sembrado en los mercados financieros, publica EFE.
Algunos medios calculan que más de 50 parlamentarios, de 357 que tienen los conservadores en la Cámara de los Comunes, podrían haber escrito ya a Brady, para expresar su falta de confianza en la líder.
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