La urbanización y la agricultura son las actividades que más han contribuido con la pérdida de la vegetación del bioma, que originalmente ocupaba más de 1,3 millones de kilómetros cuadrados en 17 de los 27 estados brasileños, extendiéndose por gran parte de la línea costera del país.
Además de la reducción en área, también disminuyó la calidad de la cobertura vegetal, pues en 37 años se perdió el 23 % del bosque maduro.
Esto porque 9,8 millones de hectáreas de vegetación primaria fueron suprimidas y 8,8 millones de hectáreas se regeneraron en vegetación secundaria, que representa el 26 % de toda la cubierta forestal del Bosque Atlántico.
Los datos corresponden al análisis de imágenes satelitales de todo el territorio brasileño entre 1985 y 2021, un mapeo sobre la cobertura y uso de la tierra realizado anualmente por Mapbiomas, una iniciativa multidisciplinaria en la que participan varias ONG, universidades y empresas de tecnología.
De acuerdo con el estudio, los bosques secundarios son fundamentales para proteger los ríos y absorber carbono de la atmósfera, pero no tienen la misma biodiversidad que un bosque primario.
Además, la vegetación secundaria es más susceptible a nuevas devastaciones y la tercera parte no alcanza a llegar a los ocho años, según explicó Marcos Rosa, coordinador técnico de MapBiomas, durante la presentación de los resultados.
La agricultura fue la que más creció durante el período analizado con un aumentó de 10,9 millones de hectáreas en esos 37 años.
Mientras en 1985 ocupaba el 9,2 % del bioma, en 2021 el porcentaje se duplicó hasta el 17,6 %.
La actividad agropecuaria, la agricultura, los pastizales, las reservas y la silvicultura ocupan el 60,1 % del Bosque Atlántico.
El bioma también ha experimentado un fuerte proceso de urbanización que prácticamente se triplicó en el periodo, al pasar de 674.000 hectáreas en 1985 a 2,03 millones de hectáreas en 2021.