Si todo va según lo previsto, al final de este encuentro quinquenal, el dirigente de 69 años será nuevamente confirmado como secretario general del partido, consolidando su posición como el líder más poderoso de China desde Mao Zedong.
La seguridad se reforzó alrededor de la plaza Tiananmen de Pekín, en cuyo imponente Gran Palacio del Pueblo se reunirán a partir del domingo casi 2.300 delegados de todas las provincias de China.
El Congreso discurrirá bajo estrictos protocolos sanitarios, en línea con la insistencia de Xi Jinping de mantener su política de cero covid para contener y eliminar el virus dentro de sus fronteras.
A puerta cerrada
En el cónclave, celebrado en gran parte a puerta cerrada, los participantes elegirán a los alrededor de 200 miembros del Comité Central del partido.
A su vez, estos designarán a los 25 integrantes del Buró Político y a los de su Comité Permanente, el máximo órgano de decisión de China.
Pero, en realidad, “todo ha ocurrido de antemano, porque el congreso no tiene lugar hasta que las facciones se han puesto de acuerdo” , dice el sinólogo Jean-Philippe Beja.
En el primer día, Xi pronunciará un discurso para evaluar su mandato anterior y para esbozar su plan para los próximos cinco años.
En el Congreso de 2017, Xi prometió una nueva era para el socialismo con características chinas y una mayor implicación de Pekín con el mundo.
“La apertura trae progreso, mientras que la autorreclusión te deja atrás” , dijo. “China no cerrará su puerta al mundo, se volverá más y más abierta” , añadió.
Lea más: Vísperas del evento político clave de China: líderes reafirman su apoyo a Xi Jinping
Aislamiento por el covid
Pero el camino fue el inverso.
Mientras el resto del mundo volvió gradualmente a la situación previa a la pandemia, Pekín se aferra a su estrategia cero covid, con restricciones de viaje, cuarentenas obligatorias y recurrentes confinamientos.
Además de las inconveniencias causadas a la población, la política también perjudicó a los negocios.
El crecimiento económico se ha ralentizado justo cuando emergen otros problemas de larga cocción, como el declive de la burbuja inmobiliaria.
“La polícia cero covid de Pekín ha desincentivado inversiones muy necesarias y ha fracasado en ganarse el corazón y las mentes de los jóvenes chinos, que son quienes más han sufrido económica y socialmente” , dijo Yu Jie, del programa Asia-Pacífico del grupo de reflexión Chatham House.
“Muchos chinos se preocupan ante un regreso a un periodo de aislamiento” no visto en el país desde su apertura a finales de los 1970, indicó Beja.
Las relaciones con Estados Unidos se envenenaron todavía más en los últimos cinco años y la política exterior más agresiva de Xi causó disputas con numerosos países como India, Australia o Canadá.
Los países occidentales criticaron la retórica beligerante frente a la isla gobernada autónomamente de Taiwán y acusaron a China de abusos de los derechos humanos, especialmente contra la minoría uigur en la región occidental de Xinjiang.
“El tercer mandato del presidente Xi, que rompe con los precedentes, no augura nada bueno para los derechos humanos en China y en todo el mundo” , dijo Xaqiu Wang, investigador sobre China en Human Rights Watch.
¿Xi de por vida?
Con 96,7 millones de miembros, el Partido Comunista de China es una de las mayores organizaciones políticas del mundo, pero sus mecanismos internos son opacos.
Los observadores solo pueden suponer la futura composición del Comité Permanente, cuyos miembros se sitúan en la cumbre del poder del país.
Desde los 1990, los miembros del Buró Político se retiran generalmente después de dos mandatos, pero la reelección de Xi rompería con esta tradición.
La elección de las personas que rodearán a Xi será crucial, dijo Steve Tsang, director del SOAS China Institute.
“Creo que Xi tendrá cuidado de enviar un mensaje claro de que nadie promocionado al Comité Permanente será un sucesor en el 21º Congreso” , apuntó.
Su configuración no se revelará hasta el día después de que termine el Congreso.
Si, como se espera, Xi se mantiene como secretario general, será confirmado para otro mandato presidencial en el encuentro anual de la Asamblea Popular Nacional de China en marzo.
Muchos observadores auguran que no será su último mandato.
“La incertidumbre es absoluta”, dijo el politólogo Jean-Pierre Cabestan.
“Pero la promoción del pensamiento de Xi Jinping, la restauración del culto a la personalidad, la importancia de su poder en el corazón del liderazgo del partido, esto evoca a alguien que se quedará en el poder mucho tiempo, puede que de por vida” , añadió.