La presidenta de la Sociedad Tunecina de Industrias de Refinería (STIR), Fakhta Mahouachi, desmintió hoy que el Estado no disponga de reservas de carburante y aseguró que en una situación normal cuenta con provisiones para 75 días de consumo "aunque actualmente se han consumido grandes cantidades y la reserva está a un nivel bajo pero será restablecida de manera progresiva", según dijo en una entrevista a la radio local Shams FM.
La ministra de Industria y Energía, Neïla Nouira Gongi, afirmó ayer en la televisión nacional que la distribución de carburante "recupera su ritmo habitual" y señaló que las "perturbaciones" en la región capitalina del Gran Túnez y algunas regiones del norte han sido originadas por el "frenesí" del consumo.
"No vale la pena llenar el depósito si sólo necesitamos veinte litros. Lo digo de manera amable, hay que demostrar solidaridad", insistió la responsable.
La ministra avanzó que un barco petrolero llegó en las últimas horas a Bizerta (norte)- uno de los cuatro puntos de distribución nacional- con cerca de 16.000 metros cúbicos de gasolina, lo que cubre el consumo nacional por un periodo de quince días, mientras se espera la llegada de un segundo carguero el próximo lunes.
Los motivos de esta situación, explicó Gongi, es que la STIR sólo cubre dos tercios de las necesidades del país, el equivalente a 30.000 toneladas, mientras que el resto es importado desde el extranjero y los proveedores imponen el pago previo antes de la descarga de la mercancía.
Varios camiones cisterna fueron escortados hoy por las fuerzas de seguridad en diferentes barrios de la capital para supervisar el avituallamiento de las gasolineras, según algunos vídeos que circulan en las redes sociales.
El Ejecutivo se encuentra en plenas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para cerrar un nuevo crédito- el tercero de la última década- de cerca de 3.600 millones de euros y para ello ha presentado un programa de reformas sociales y económicas que incluyen la retirada a partir de 2023 de las subvenciones a productos de primera necesidad y carburantes además de limitar la masa salarial.