“Como bien sabéis estamos atravesando tiempos difíciles para la humanidad, que corre un grave peligro. Esto es cierto: estamos en gran peligro”, recalcó el pontífice a un grupo de jóvenes llegados a Roma en peregrinación desde Bélgica.
"Por eso os digo: sed artesanos de la paz a vuestro alrededor y en vuestro interior; embajadores de la paz, para que el mundo vuela a descubrir la belleza del amor, de la convivencia, de la fraternidad, de la solidaridad", añadió.
Y aunque dijo que, ante todos estos desafíos, los jóvenes se pueden sentir "desanimados, desiguales, desarmados y impotentes", les pidió que no tengan miedo y que sean "creativos e imaginativos".
"No esperéis hasta mañana para colaborar en la transformación del mundo con vuestra energía, vuestra audacia y vuestra creatividad", los animó.
Ayer domingo, el papa pidió aprender de la historia y no olvidar el peligro de guerra nuclear que amenazaba el mundo hace 60 años, durante el periodo en el que inició el Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962, en su mensaje durante el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro.
“No podemos olvidar el peligro de guerra nuclear que en aquel entonces amenazaba al mundo. ¿Por qué no aprender de la historia?”, dijo Francisco en referencia a la crisis de los misiles entre Cuba, Estados Unidos y la Unión Soviética.