Latour, que también era filósofo y antropólogo, fue un eminente profesor de la famosa universidad Sciences Po y un influyente teorizador sobre la forma en la que el hombre se relaciona con su entorno y sobre cómo se formula el pensamiento científico.
Por ello, fue un referente para nuevas generaciones de activistas ambientales, políticos, investigadores e incluso artistas (estaba casado con la artista con la que colaboró en algunos trabajos) que tratan de reconducir la crisis ambiental que vive el planeta.
Considerado de forma unánime como uno de los intelectuales más importantes de su generación, Latour trabajó en muchos temas diferentes, desde la descolonización francesa en África hasta el modo en el que los investigadores trabajan en los laboratorios.
Sin embargo, en toda su trabajo científica y sus obras hay una línea común sobre cómo el hombre se relaciona con su entorno y en la necesidad de un cambio, en lo que llamó un "nuevo régimen climático".
Así, Latour relanzó y dio un nuevo impulso el concepto de "Gaïa", propuesto por el inglés James Lovelock, para denominar a un superorganismo que estaría formado por el conjunto de seres vivos que habitan en la Tierra, y que usa el mitro griego de la diosa madre de la que surgieron las demás divinidades helénicas.
Así, en su obra "L'hypothèse Gaïa" (1992) desarrolló el concepto de que son los seres vivos los que construyen sus propias condiciones de existencia.
"La ecología es la nueva lucha de clases", afirmó al diario Le Monde el año pasado, con motivo de la publicación, ya en 2022, de su último libro, "Memo sur la nouvelle classe écologique".
"Fue el primero en percibir que el reto del pensamiento político residía complemente en la cuestión ecológica", explica el sociólogo Bruno Karsenti en el mismo periódico.
Lanzó iniciativas como Terra Forma, sobre la arquitectura y la ocupación del territorio, y sobre todo Dónde Aterrizar, detallada en un libro del mismo nombre, en la que defendía que el hombre no nace, sino que "aterriza" en una fina capa de la corteza terrestre de la que debe mantener las condiciones de habitabilidad.
También defendía derribar las barreras entre la naturaleza y la sociedad y la cultura, un concepto desarrollado en su libro "Nous n'avons jamais été modernes" (Nunca hemos sido modernos, 1991).
Latour fue reconocido en el extranjero antes que en Francia, como admitió hoy el presidente Emmanuel Macron, fue profesor visitante en la Universidad de Harvard y varios de sus libros se publicaron antes en inglés que en francés.
"Pensador de la ecología, de la modernidad o de la religión, Bruno Latour era un espíritu humanista y plural", resumió Macron.
Fue autor o coautor de 36 libros y recibió dos grandes premios internacionales a la contribución científica o de las ciencias sociales, el noruego Holberg (2013), por sus trabajos sobre el concepto de modernidad, y el japonés Kioto (2021).
"Gran figura del pensamiento ecologista, de una humanidad poco frecuente, nos deja trabajos que seguirán despertando conciencias", señaló la primera ministra francesa, Élisabeth Borne.