Alrededor de once personas de cada 100.000 mueren al año por suicidio en África, una cifra superior al promedio mundial de nueve de cada 100.000 personas, indicó la OMS en un comunicado.
Esa situación se debe, en parte, a la acción insuficiente para abordar y prevenir los factores de riesgo, incluidas las afecciones de salud mental que actualmente afectan a 116 millones de personas, frente a los 53 millones de 1990.
La campaña, lanzada antes del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebrará este 10 de octubre, busca llegar a diez millones de personas para aumentar la conciencia pública y movilizar el apoyo de los gobiernos a fin de incrementar la financiación de los programas de salud mental, incluidos los esfuerzos de prevención del suicidio.
La iniciativa pretende equipar a los trabajadores sanitarios para que brinden mejor apoyo a quienes enfrentan pensamientos suicidas y educar a las personas que puedan experimentar estos pensamientos sobre dónde acudir en busca de ayuda.
También trata de sensibilizar a la ciudadanía sobre cómo identificar y ayudar a quienes lo necesitan y cómo abordar el estigma asociado con el suicidio.
África alberga seis de los diez países con las tasas de suicidio más altas del mundo.
Los medios comunes de suicidio en el continente son el ahorcamiento y la autointoxicación con pesticidas y, en menor medida, el ahogamiento, el uso de un arma de fuego, el salto desde una altura o la sobredosis de medicamentos.
Los estudios muestran que en África, por cada suicidio consumado, se producen veinte intentos, de acuerdo con la agencia de la ONU.
"El suicidio es un importante problema de salud pública y cada muerte por suicidio es una tragedia. Desafortunadamente, la prevención del suicidio rara vez es una prioridad en los programas nacionales de salud", afirmó la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti.
"Se debe hacer una inversión significativa para hacer frente a la creciente carga de enfermedades crónicas y afecciones no infecciosas de África, como los trastornos mentales, que pueden contribuir al suicidio", subrayó Moeti.
En África, la inversión insuficiente de los gobiernos es el mayor desafío para la prestación adecuada de servicios de salud mental.
Debido a esa baja inversión, el continente cuenta con un psiquiatra por cada 500.000 habitantes, cien veces menos de lo recomendado por la OMS.
En agosto pasado, los ministros de Salud de África aprobaron una nueva estrategia para reforzar la atención de la salud mental y establecieron objetivos para 2030, como que todos los países tengan una política o legislación sobre esa materia.