La Policía Nacional de Tailandia confirmó hoy la muerte de 35 personas, entre ellas 24 niños, después de que un antiguo agente abriera fuego contra una guardería situada en la localidad de Na Klang, en la provincia de Nong Bua Lamphu, en el norte del país.
El subdirector de la Policía Nacional, Pol Gen Torsak Sukwimol, ha cifrado en quince los heridos, ocho de ellos de gravedad. El hombre ha acudido al centro escolar con un arma y ha abierto fuego sin que por ahora hayan trascendido los motivos.
Sin embargo, el hombre, identificado como Pol Panya, de 34 años, podría haber cometido esta tragedia en represalia a su expulsión del Cuerpo de Policía en junio de este año, tras ser detenido y confesar su participación en un caso de tráfico de drogas.
Estaba previsto que mañana acudiera a declarar por el caso, detalla el diario ‘Bangkok Post’.
Siguió el horror
Tras ello, ha logrado darse a la fuga y se ha desplazado hasta su vivienda, donde ha acabado con la vida de su mujer y uno de sus tres hijos antes de suicidarse, lo que situaría el balance total de muertos tras el ataque en 38, según informaciones del diario ‘Thairath’.
Por su parte, el Ministerio de Desarrollo Social ha ordenado a la Policía movilizarse para atender a los familiares de las víctimas.
El primer ministro tailandés, Pratuyh Chan Ocha, había dado orden previamente al jefe de la Policía para que se desplazara al lugar de los hechos para coordinar las tareas de búsqueda y captura del sospechoso.
Se trata del peor tiroteo masivo vivido en Tailandia desde que en febrero de 2020, un soldado abriera fuego dentro de un centro comercial de la ciudad de Nakhon Ratchasima (centro) y matara a 29 personas e hiriera a otras 58 antes de que la Policía pudiera abatirle.
Historial de ataques de uniformados
Tailandia es uno de los países en el mundo con mayor número de armas en circulación, pero a pesar de ello, las matanzas de este tipo son poco habituales.
No obstante, los últimos años se produjeron al menos dos casos de militares que perpetraron ataques de este tipo, según el Bangkok Post.
En 2020, un oficial del ejército perpetró un ataque en un centro comercial de Nakhon Rachasima, en el interior del país, y causó 29 muertos.
El autor, de 31 años, fue abatido por las fuerzas de seguridad tras un periplo mortífero de casi 17 horas. Había pasado al acto después de haber discutido con un superior.
Tras esa matanza, el primer ministro Prayut Chan-O-Cha, ya en el cargo, dijo que quería que fuera “la última vez” que se producía una tragedia así.
En septiembre, un sargento mayor mató a dos oficiales del ejército en un tiroteo en un centro de formación militar en Bangkok.
Los militares tienen gran influencia en muchos aspectos de la vida de Tailandia, desde la política hasta los negocios, y han tomado el poder numerosas veces en las últimas décadas, la última en 2014.