"Creemos que Corea del Norte podría llevar a cabo más actos provocativos, como una prueba nuclear", dijo este miércoles en rueda de prensa el portavoz gubernamental nipón, Hirokazu Matsuno, que tildó el reciente aumento de las pruebas armamentísticas norcoreanas como "una amenaza a la paz y seguridad de Japón y de la comunidad internacional".
Japón ha estrechado la vigilancia sobre Pionyang después de que el régimen lanzara en la víspera un misil aparentemente de rango intermedio y que se ha convertido en el que más distancia ha recorrido hasta la fecha de los lanzados por el país vecino, al recorrer unos 4.500 kilómetros antes de caer en aguas del océano Pacífico.
El proyectil balístico alcanzó un apogeo de unos mil kilómetros y sobrevoló principalmente el estrecho de Tsugaru, que separa las islas de Hokkaido (norte) y Honshu, donde se encuentra Tokio, provocando que la alerta antimisiles saltara en esas áreas del país, dados los riesgos ante un potencial falló del aparato.
Es la primera vez desde 2017 que la trayectoria de un misil de Corea del Norte incluye parte de la geografía japonesa, un hecho que Japón ve como "una amenaza grave e inminente" para su seguridad y como "un desafío claro y grave a la comunidad internacional".
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) ha programado una reunión en respuesta al último test norcoreano y Japón ha pedido al organismo que muestre contundencia.
"El Consejo de Seguridad no está tomando medidas ante los actos recientes de Corea del Norte, pero esperamos que pueda jugar un papel real para mantener la paz y la seguridad de la comunidad internacional", dijo Matsuno.
El poder de veto de Rusia y China, aliados del Norte, ha frenado en tiempos recientes varias resoluciones condenatorias, especialmente desde el estallido de la guerra ruso-ucraniana, y Japón viene demandando una reforma del Consejo de Seguridad.
El régimen norcoreano ha lanzado más de veinte misiles en lo que va de año y los servicios de inteligencia estadounidense y surcoreano creen que se encontraría desde hace meses listo para acometer una nueva prueba nuclear, la séptima y primera desde 2017, cuando se vivió una situación parecida con Japón.