Desde el año pasado, cuando los sondeos comenzaron a dar como favorito para las elecciones al exmandatario Lula da Silva, el líder de la ultraderecha ha asegurado que el sistema puede ser objeto de fraude, aunque no existe una sola denuncia en 26 años de funcionamiento.
Estas son las claves del sistema de votación de Brasil, que para las autoridades electorales es motivo de "orgullo", porque su implementación ha traído "seguridad y confianza" a las elecciones.
¿Por qué fueron creadas?
Para reducir el número de fraudes y aumentar la velocidad del recuento, que antes duraba días y ahora se completa en pocas horas. También sirvieron para facilitar el voto de la población analfabeta, lo que ha repercutido en una reducción drástica de los votos nulos.
¿Cuándo se implementaron?
Aunque la utilización de máquinas estaba prevista en el Código Electoral de 1932, su primer uso tuvo lugar en las elecciones municipales de 1996, cuando 57 municipios las utilizaron, y el sistema se extendió a todas las ciudades del país a partir de las municipales de 2000.
A partir de 2008 se introdujo paulatinamente un sistema de identificación del votante por medio de huella dactilar. Las urnas han recibido varias actualizaciones y mejorías técnicas.
¿Cómo son?
Parecidas a una calculadora gigante, cuentan con una pantalla, un teclado numérico, dos botones para corregir o confirmar el número del candidato elegido y otro adicional para o votar directamente en blanco.
Cada urna es una máquina electrónica cerrada, que cuenta con fuente de energía, un procesador y un programa informático antiplagio. No están conectadas a internet y no poseen mecanismos que posibiliten su conexión a redes.
¿Cómo funcionan?
Los votantes utilizan el teclado para ingresar el número del candidato por el que quieren votar. Por ejemplo, el 22 en el caso de Bolsonaro, el 13 en el de Lula.
Una vez ingresado el número, la urna muestra en la pantalla el nombre, partido y foto del candidato para que el votante confirme su voto o lo corrija si ha cometido algún error.
¿Son seguras?
Cada urna tiene una tarjeta de memoria interna que almacena los votos de forma encriptada con el objetivo de garantizar la seguridad de la información y prevenir el fraude. La puerta usb está protegida con un lacre hasta el cierre de la jornada de votación.
Para reforzar la seguridad, las autoridades electorales invitan recurrentemente a piratas informáticos para que traten de encontrar vulnerabilidades en el sistema, con el propósito de subsanarlas antes de las próximas elecciones.
Escrutinio en general
Al cierre de las votaciones, se imprimen cinco copias del boletín de urna, con los resultados, que son cotejados y firmados por los miembros de la mesa y los observadores.
En estas elecciones, por primera vez y como reacción a las críticas de Bolsonaro, los boletines serán publicados en internet, para que cualquier persona o institución pueda realizar su propio recuento.
Después de imprimir el boletín, el presidente de la mesa extrae de cada urna la memoria con los resultados -una copia de la misma queda dentro de cada urna como respaldo- y la remite a un centro electoral.
Allí se verifica su autenticidad para luego transmitir los datos a la sede del máximo tribunal electoral mediante una red privada y criptografada.
En la sede del TSE una supercomputadora suma todos los votos emitidos en todo el país y los publica de inmediato.
Auditorias
De acuerdo con el TSE, el proceso electoral es abierto "a más de un centenar de entidades", entre las cuales los diferentes partidos políticos, el Congreso, la Fiscalía, la Policía Federal y organizaciones privadas, educativas y de la sociedad civil.
Todas ellas y cualquier ciudadano que lo desee puede hacer parte de las "numerosas" oportunidades de auditoría y supervisión que existen antes, durante y después de las elecciones.
A petición de Bolsonaro, las Fuerzas Armadas se sumaron este año a las organizaciones que participan en todo el proceso de auditoría de las urnas y hasta hicieron sugerencias, algunas de las cuales acatadas por la autoridad electoral.