El juez ya había tomado declaración ayer a dos de los tres tripulantes venezolanos que quedaron en Argentina, confirmó Marta Nercellas, la abogada de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), querellante que pidió la indagatoria.
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El avión iraní - venezolano de Emtrasur
El 6 de junio pasado, la aeronave Boeing 747-300 de matrícula YV3531 -que fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), ambas sancionadas por el Departamento del Tesoro de EE.UU.- ingresó a Argentina con una tripulación de 19 personas, 5 iraníes y 14 venezolanos.
El avión arribó a Argentina, procedente de México, con escala en Venezuela, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en Argentina porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
Las petroleras argentinas no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de EE.UU. y posteriormente, el 11 de junio, se difundió que el Gobierno argentino había ordenado la inmovilización de la aeronave.
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Justicia argentina
La Justicia argentina retuvo los pasaportes de todos los tripulantes hasta hace dos semanas, cuando decidió levantar la prohibición de dejar el país y devolver esos documentos a 12 de los 19 integrantes de la tripulación -5 iraníes y 14 venezolanos-, pero optó por seguir reteniendo a otros 7.
La DAIA solicitó entonces al juez que se cite a prestar declaración indagatoria a cinco de los tripulantes: Gholamreza Ghasemi, Abdolbaset Mohammadi, Saeid Valizadeh, Victor Manuel Pérez y Mario Arraga Urdaneta.
Según fundamentó la DAIA, esos tripulantes “procedieron a obtener dinero y/o bienes mediante la realización de una operación comercial lícita con la intención de ser utilizado o a sabiendas de que serán utilizados en todo o en parte para financiar a una organización terrorista”.
Para llevar a cabo esa operación, la DAIA indicó que Mario Arraga Urdaneta y Víctor Manuel Perez Gómez, valiéndose de sus cargos jerárquicos dentro de Emtrasur, "habrían abierto cuentas bancarias en distintos países y/o conformado empresas vinculadas a la actividad aérea".
Mientras que Gholamreza Ghasemi y Abdolbaset Mohammadi, en calidad de capitán de vuelo e ingeniero de refuerzo respectivamente y bajo la apariencia de ser instructores, “serían los nexos” con las Fuerzas Quds y Hizbulá, según indicó la DAIA.