El ataúd ha sido colocado sobre una cureña de la Royal Navy de 1901, tirada con cuerdas por más de cien marineros de la Marina (Royal Navy), mientras que por detrás caminan el rey Carlos III y sus tres hermanos, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo, así como los príncipes Guillermo y Enrique, nietos de Isabel II.
Mientras avanza la procesión, miembros de regimientos escoceses e irlandeses tocan gaitas, y a ambos lados del recorrido hay miembros de la Marina, en una colorida ceremonia marcada por la pompa y la solemnidad.
Miles de personas ya se han instalado en Londres y Windsor para ver de cerca el cortejo fúnebre de Isabel II con motivo del funeral de Estado, que se celebra con la asistencia de presidentes, reyes, príncipes, primeros ministros y otros dignatarios.
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A lo largo de las calles por donde pasa el cortejo, miles de personas, muchas portando banderas británicas, han pasado la noche para ocupar el mejor lugar a fin de ver pasar el féretro.
Con abrigos, gorras y bufandas, debido al frío de la noche, británicos y también turistas esperan el comienzo del funeral de Estado -a las 11:00 hora local (06:00 hora paraguaya)-.
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Después del servicio religioso en la Abadía de Westminster, el cortejo fúnebre emprenderá rumbo hacia el Arco de Wellington, próximo al palacio de Buckingham, que se espera tenga toda la pompa reservada para un funeral de este tipo, en el que participarán, además de la familia real, representantes de las tres fuerzas armadas: la Marina, el Ejército y la Real Fuerza Aérea.
Desde el Arco de Wellington, el cortejo, ya en un coche fúnebre, seguirá hasta la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor (a las afueras de Londres), donde la reina será enterrada junto a la tumba de su marido, el duque de Edimburgo.