Actualmente, algunos países (incluido EE.UU.) permiten la administración de un quinto de la vacuna por vía intradérmica -una forma de vacunar que consiste en introducir la aguja entre las capas de la piel, en lugar de a través de ella-, lo que ha permitido aumentar considerablemente el número de dosis disponibles.
"En Estados Unidos tenemos suficientes dosis para lidiar con la gente que está en riesgo, pero esto es un problema global", explicó este jueves el epidemiólogo jefe del país, Anthony Fauci, durante una rueda de prensa sobre la respuesta de la Casa Blanca al brote de la viruela del mono.
Según Fauci, el estudio, que se desarrollará próximamente en el país, servirá para determinar si la inoculación intradérmica de un décimo de la vacuna produce una respuesta inmune similar, y es igual de segura que la administración subcutánea -a través de la piel-, que es la más extendida.
Durante la rueda de prensa, varios expertos del equipo de respuesta gubernamental a la viruela del mono celebraron el descenso en nuevas infecciones que el país lleva registrando los últimos días, algo que atribuyeron al éxito del programa de vacunación y a los esfuerzos de educación de la población.
Sin embargo, las autoridades sanitarias advirtieron de que hay una gran desigualdad entre las personas más afectadas por el virus y las que se están vacunando.
Según datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), las personas negras suponen casi un 40 % de los nuevos casos registrados, pero apenas el 12 % de los vacunados.
Los hombres blancos, sin embargo, que representan el 26 % de nuevas infecciones, suponen también el 47 % de los que han recibido al menos una dosis de la vacuna.
Los latinos suponen el 25 % de nuevas infecciones y el 21 % de los vacunados.
Con el objetivo de tratar de ampliar la cobertura de las vacunas, las autoridades sanitarias estadounidenses extenderán su programa piloto de inoculaciones en festivales y eventos dirigidos a la comunidad LGTB para incluir actos más pequeños.