"Pienso con optimismo que, después de las últimas inversiones que se han hecho en la RDC, su experiencia y la disponibilidad de vacunas, será relativamente fácil contener este brote de ébola", señaló la directora para África de la OMS, Matshidiso Moeti.
"En esa parte de la RDC, los trabajadores sanitarios tienen mucha experiencia y han estado trabajando muy duro para desarrollar su capacidad de respuesta", añadió Moeti.
Aun así, esta experta de la OMS indicó que, tanto las autoridades sanitarias congoleñas como su institución, "no han bajado la guardia" ante una enfermedad tan contagiosa como el ébola, que "siempre es motivo de preocupación".
Moeti hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa en Lomé, la capital de Togo, donde está celebrándose esta semana la 72ª edición del Comité Regional de la OMS para África.
La RDC confirmó este lunes un nuevo caso de ébola en la ciudad de Beni (noreste), el primero desde que el país declaró el pasado 4 de julio el final de otro brote de esta enfermedad en la provincia de Équator (norte), que duró menos de tres meses y mató a cuatro personas.
Este último brote es el decimoquinto que se detecta en el país.
Entre 2018 y 2020, el noreste de RDC -incluyendo las provincias de Kivu del Sur, Kivu del Norte (donde se encuentra Beni) e Ituri- vivió su peor epidemia de ébola, con al menos 2.299 muertos, según cifras de la OMS.
Asimismo, entre 2014 y 2016, el ébola causó la muerte de unas 11.300 personas en África occidental -incluyendo Guinea-Conakri, Liberia y Sierra Leona-, en la peor epidemia de la enfermedad en el mundo, si bien la OMS considera estas cifras conservadoras.
La enfermedad, descubierta en 1976 en la RDC -entonces llamada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Según la OMS, el ébola presenta una tasa de mortalidad de entre el 60 % y el 80 %.