"Hay un acuerdo de principio y estamos trabajando en los detalles. La hipótesis de una inspección es inminente", dijo Grossi en una entrevista con la cadena France 24, donde precisó que el trabajo se podría realizar en pocos días.
Según Grossi ha habido "dudas y objeciones políticas" por ambas partes, pero no hay bloqueo.
"Creo que estamos muy cerca de que los dos lados acepten la visita. No podemos arriesgarnos, además del drama de la guerra, a que haya un accidente nuclear", añadió el responsable, que esta mañana mantuvo un encuentro en París con el presidente francés, Emmanuel Macron.
El dirigente francés indicó el pasado fin de semana, tras una conversación telefónica con su homologo ruso, Vladímir Putin, que Rusia estaría a favor de una inspección de la OIEA.
El ejército ruso controla la central, la más grande de Europa, desde el pasado mes de marzo, pero los operadores ucranianos siguen trabajando en ella, en un contexto de bombardeos y estrés que preocupa a la comunidad internacional, empezando por la OIEA.
"Las operaciones militares se han agravado, la central se ha convertido en un objetivo que no ha quedado exento de maniobras para los militares", recordó Grossi que insistió en que la agencia "debe ir".
Él mismo liderará la misión en al que participarán varios especialistas técnicos para hacer reparaciones, restablecer los sistemas de transmisión que han sido dañados y asegurar una presencia continua de la agencia para ayudar a estabilizar la central donde, recordó, "los riesgos son reales".
Señaló que hay una narrativa contradictoria entre Ucrania y Rusia pero, insistió, su objetivo no es hacer "un juicio de intenciones" sino "determinar lo que pasa".
"Hay acusaciones mutuas, por eso es importante la presencia de la agencia", recalcó. Ahora "todo el mundo está a favor, ha sido una cuestión de perseverancia", añadió Grossi, que instó a ser "optimistas".