La agencia oficial de noticias Xinhua publicó anoche un desglose de estas 19 medidas, orientadas a "estabilizar" la economía en el marco de los "redoblados esfuerzos" que las autoridades están haciendo para "consolidar los cimientos de la recuperación y el crecimiento".
Entre ellas, la prensa local destaca la asignación de más de 300.000 millones de yuanes (43.780 millones de dólares, 43.826 millones de euros) para inversiones, a través de bancos estatales, en proyectos de infraestructuras, que se sumarán a una cantidad similar ya anunciada a finales de junio.
También se dará apoyo a que los productores estatales de electricidad emitan bonos especiales por valor de 200.000 millones de yuanes (29.189 millones de dólares, 29.226 millones de euros) para apuntalar el suministro, en jaque en zonas del centro del país ante la intensa ola de calor y la sequía.
Asimismo, se elevarán en un 33 % hasta los 40.000 millones de yuanes (5.838 millones de dólares, 5.845 millones de euros) los subsidios distribuidos al sector agrícola.
La agencia de noticias Bloomberg apunta que el Ejecutivo también autorizó la asignación de 500.000 millones de yuanes (72.971 millones de dólares, 73.064 millones de euros) correspondientes a la cuota de bonos especiales todavía sin utilizar para los gobiernos locales, aunque esta cifra sería sensiblemente inferior a lo esperado por algunos analistas.
Varios expertos citados por ese medio coinciden en que las medidas anunciadas no serán suficientes para impulsar a la economía a cumplir con el objetivo de crecimiento que se marcó Pekín para este año, de en torno a un 5,5 %.
Más allá de las cifras, el Consejo de Estado quiere "apoyar el desarrollo de los negocios privados" y rebajar los costes de la financiación corporativa y de los préstamos a los consumidores.
Al respecto de este último punto, cabe destacar que en las últimas semanas el banco central chino anunció rebajas de tipos en varias de sus herramientas de financiación, incluidas las tasas de interés de referencia, aunque los analistas también opinaron entonces que no eran lo suficientemente agresivas como para reactivar con fuerza la recuperación económica.
Por el momento, las autoridades monetarias del país se mantienen reacias a impulsar medidas drásticas de estímulo por los temores a los riesgos de deuda, a la presión a la baja sobre el yuan por la divergencia política con la Fed estadounidense o al aumento del índice de precios al consumidor.