El primer ministro de Egipto, Mustafa Madbuli, anunció que a partir de septiembre se incrementará el valor de las tarjetas de racionamiento, algo que "beneficiará a unas 9,1 millones de familias", es decir, casi 37 millones de egipcios, aproximadamente un tercio de la población.
Esta medida, tomada para paliar el impacto de la inflación en la población, supondrá un coste de unos 47,5 millones de dólares mensuales.
Por potra parte, el jefe del Ejecutivo egipcio anunció en una rueda de prensa desde la ciudad norteña de El Alamein que además se agregarán a unas nuevas 900.000 familias al programa "Solidaridad y Dignidad" también a partir de septiembre, un plan de apoyo económico a las personas más desfavorecidas del país.
Este programa ahora pasará a tener un impacto en 22 millones de ciudadanos egipcios.
Según Madbuli, el coste para las arcas del Estado de elevar los subsidios será de unas 3.000 millones de libras egipcias "adicionales", es decir unos 156,2 millones de dólares.
Estas medidas se producen en medio de conversaciones entre el Gobierno egipcio y el FMI para conseguir un nuevo préstamo, aunque el organismo internacional ha advertido en varias ocasiones que el país africano debería reducir o cortar los subsidios de algunos productos, en especial de la gasolina.
Sin embargo, Mabduli afirmó que, por parte del FMI, "no hay rechazo ni objeción a los programas de protección social implementados por el país".
El mes pasado, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, hizo un llamamiento a los "amigos en Europa" para que lo apoyaran y para decir a las instituciones financieras internacionales, incluido el FMI, que la situación en Egipto "no tolera los estándares aplicables en esta etapa".
La inflación en Egipto llega al 13,6 % y no ofrece signos de remisión, lo que ya obligó al gobierno y al Banco Central a tomar medidas para afrontar la subida de precios, atraer inversiones y frenar la depreciación de la libra egipcia, que desde marzo ha perdido casi el 16 % de su valor frente al dólar estadounidense.