Durante el encuentro, Hasina remarcó que la vecina Birmania (Myanmar) no rechaza a sus ciudadanos, pero las autoridades todavía no permiten que los rohinyá vuelvan a su país, informó a los medios el secretario de prensa de la primera ministra, Ihsanul Karim.
Ante la propuesta de Bachelet de aumentar las oportunidades de educación y trabajo para los rohinyás, la mandataria bangladesí indicó que no es posible llevarla a cabo en los campamentos de Cox’s Bazar, en el sureste del país, sino en la remota isla de Bhasan Char, donde ya se han trasladado más de 20.000 refugiados.
Bangladesh acoge a cerca de un millón de rohinyás huidos de Birmania. Entre ellos, unos 774.000 que escaparon al país durante la ola de violencia del ejército birmano en 2017, una operación que la ONU calificó de limpieza étnica y posible genocidio.
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A medida que los campamentos de Cox's Bazar comenzaron a saturarse, las autoridades de Bangladesh establecieron un campamento alternativo en la isla de Bhasan Char, ubicada en la bahía de Bengala y de unos 40 kilómetros cuadrados de extensión, para reubicar inicialmente a unos 100.000 rohinyás.
En octubre de 2021, el Gobierno bangladesí firmó un acuerdo con la ONU para brindar ayuda humanitaria a los rohinyás en la isla con el objetivo de mejorar su nivel de vida y prepararlos para un posible regreso a su país.
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Desde su llegada al país el pasado domingo, Bachelet ha centrado su agenda, que concluye hoy, en conocer más a fondo la situación de los refugiados rohinyás, y ayer visitó los campamentos y sostuvo conversaciones con miembros de la comunidad, varios ministros, defensores de los derechos humanos, o trabajadores de ONG, entre otros.