Un acuerdo histórico
En junio de 2013, Hasan Rohani, que representaba a Irán en las primeras negociaciones de 2003, fue elegido presidente. Reemplazó al ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, cuya gestión de ocho años se caracterizó por las tensiones con las potencias occidentales.
Rohani obtuvo el aval del guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, para desbloquear las discusiones.
A finales de noviembre de ese año, las delegaciones alcanzaron un acuerdo por seis meses que limitaba algunas actividades nucleares sensibles a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones.
El acuerdo definitivo se alcanzó en Viena el 14 de julio de 2015, después de 12 años de crisis y 21 meses de intensas discusiones entre Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China) más Alemania.
El acuerdo entró en vigor el 16 de enero de 2016, abriendo la vía a un levantamiento parcial de las sanciones internacionales contra Irán.
Irán se comprometió a reducir sus capacidades nucleares (centrifugadoras, reservas de uranio enriquecido...) .
El objetivo era impedir que fabricara una bomba atómica, garantizándole el derecho a desarrollar una actividad nuclear civil, bajo estricto control del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Retirada de Estados Unidos
Pero el 8 de mayo de 2018, el entonces presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos se retiraba del acuerdo y que volvería a imponer sanciones económicas contra Irán, lo que dejó el acuerdo moribundo.
Washington restableció en los meses siguientes unilateralmente duras sanciones, que apuntaron en particular a los sectores petrolero y financiero iraníes.
Varias empresas internacionales pusieron fin a sus actividades o a sus proyectos en Irán.
Reducción de los compromisos
El 8 de mayo de 2019, Irán empezó, en represalia, a incumplir algunas de sus obligaciones, esperando presionar de ese modo a los demás miembros del acuerdo para ayudarlo a esquivar las sanciones estadounidenses.
Trump, por su lado, impuso nuevas restricciones.
Irán superó los niveles de enriquecimiento y la cantidad de agua pesada autorizada y en enero de 2020 anunció que ya no estaba dispuesto a respetar ningún límite “sobre el número de centrifugadoras” .
En 2021, reveló que empezó a producir uranio enriquecido al 60%.
Discusiones en Viena
Nuevas discusiones se iniciaron en Viena en abril de 2021 y se invitó a Estados Unidos a participar en ellas de forma indirecta, tras la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, que se dijo favorable a reintegrar el pacto.
El 5 de agosto, el nuevo presidente iraní, el ultraconservador Ebrahim Raisi, se dijo dispuesto a apoyar “cualquier plan diplomático” que permitiese el levantamiento de las sanciones estadounidenses.
En febrero de 2022, unas declaraciones optimistas dejaron presagiar un acuerdo. Pero la invasión rusa de Ucrania ralentizó las discusiones.
En marzo, cuando todo parecía bien encaminado, Estados Unidos e Irán se acusaron mutuamente de bloquear la negociación.
El 30 de marzo, Estados Unidos impuso sanciones financieras a los proveedores del programa de misiles balísticos de Irán, que calificó la medida de prueba de la “mala voluntad” de Washington.
Advertencia y sanciones
El 8 de junio, el OIEA adoptó, a instancias de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, una resolución que criticó la falta de cooperación de Irán.
En respuesta, la República Islámica desconectó cámaras de seguridad del OIEA en sus instalaciones nucleares.
El 16 de junio, Washington anunció sanciones contra grupos petroquímicos iraníes.
El 28 de junio, se iniciaron discusiones indirectas entre estadounidenses e iraníes en Catar, que se interrumpieron al cabo de dos sesiones, sin resultados.
De regreso a Viena
El 26 de julio, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, entregó un proyecto de acuerdo y pidió a las partes aceptarlo para evitar una “peligrosa crisis” .
El 4 de agosto, las partes (Irán, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) , se reúnen en Viena con la participación indirecta de Estados Unidos.
Tres días después, Teherán pidió al OIEA que sepulte una investigación sobre sitios nucleares no declarados, donde se encontraron trazas de uranio enriquecido.
El día 8, Irán examina un “texto final” presentado por la UE, y transmite su respuesta la noche del día 15.
El 16 de agosto, la Comisión Europea anuncia que estudia este texto “en consulta con sus socios” .