Ala ancha y plana, copa cilíndrica y el uso del fieltro como tela principal caracterizan al sombrero cordobés, “una pieza tradicional andaluza arraigada y que ha sobrevivido al paso del tiempo”, explica a EFE Miguel García, director de Fernández y Roche, firma encargada de elaborar esta pieza para el último desfile Crucero de Dior en Sevilla.
Madonna, “la ambición rubia”, lanzaba su disco “La isla bonita” con una portada en la que miraba a cámara con descaro y lucía un sombrero cordobés negro. Pero no sería la única; iconos internacionales como la actriz Sarah Jessica Parker harían lo propio durante posados en editoriales de moda.
“Esta prenda nació vinculada a las tareas del campo, para proteger a agricultores y ganaderos tanto del sol como de la lluvia, además de estar ligado a fiestas populares como romerías y ferias, claves en su supervivencia”, explica sobre el sombrero cordobés, también llamado andaluz, de ala ancha o sevillano y cuyo punto de origen “no está claro”.
La firma Fernández y Roche, que nació en 1885, está especializada desde entonces en confeccionar este sombrero, cuyo secreto reside, según detalla García, en que “mantenga su forma recta a nivel estético a lo largo del tiempo sin ser incómodo”, una prenda que pervive en el tiempo y cala en distintos registros, entre ellos, la alta moda.
Y es que las pasarelas también se dejan seducir por la tendencia; de Yves Saint Laurent bajo la batuta de Heidi Slimane a Ralph Lauren, Hermès o los patrios David Delfín, Palomo Spain, Andrés Sarda, Oteyza o Juana Martín, en un guiño sempiterno a sus orígenes cordobeses ahora que instala su firma en Francia.
La última en apostar por esta prenda de cabeza ha sido Maria Grazia Chiuri al frente de Dior. Lo hizo hace apenas dos meses emplazando el desfile crucero de Dior 2023 en Sevilla, donde rindió tributo a la tradición andaluza vinculada al flamenco y su vestimenta. “Realizamos más de 1.300 sombreros entre modelos y asistentes”, apunta García.
“Ha sido una prenda que ha tenido bastante protagonismo en el desfile. Readaptaron el modelo a una propuesta de primavera: de ala ancha en negro y blanco y en una versión más ligera en paja y no de fieltro, como suele ser el original”, desgrana sobre el sombrero de ala ancha elegido por Chiuri para el desfile, una revisión del clásico.
Sobre el éxito de este modelo en particular apunta a su corte elegante. “Este modelo suele favorecer, podría ser por sus líneas rectas y por el ala ancha, que siempre es más esbelta”, explica sobre el éxito de la pieza, que tiene “una tendencia creciente en España y fuera de ella, desde donde cada vez se interesan más clientes”.
Una afirmación de la que se nutren algunas firmas que renuevan este sombrero hacia nuevos conceptos. Es el caso de My Sombrero, firma de raíces francesas que, afincada en Miami (EEUU), hace de esta prenda su emblema desde pedidos por encargo que comercializa de forma física en España, Mykonos Monaco, Dubai, Ibiza y Saint Tropez.
“Tengo familia en España y desde pequeña me fascina esta cultura y la belleza de estos sombreros. Hay algo en ellos ligado a la personalidad, al carácter”, indica a EFE su directora creativa, Anaïs García, que elabora estas piezas, tradicionalmente realizadas en colores neutros, en tonalidades intensas a las que añade distintas ornamentaciones.
Cintas de cuero, plumas engarzadas, pedrería y diferentes motivos salpican unas creaciones de producción artesana y a medida, en diferentes diseños que comparten únicamente los cortes del clásico andaluz, un modelo que se democratiza en moda dentro y fuera de España.