El jefe de la diplomacia rusa llegó esta mañana a la capital birmana, parada previa al viaje a Camboya donde asistirá a partir del jueves a la reunión de cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus principales socios, en la que coincidirá con el representante de Estados Unidos, Antony Blinken.
Naipyidó y Moscú mantienen unos fuertes lazos diplomáticos y económicos que se han reforzado en los últimos meses al quedar prácticamente aislados de la comunidad internacional tras el fuerte rechazo al golpe de Estado en Birmania -el 1 de febrero de 2021- y la condena a la invasión rusa a Ucrania desde el 24 de febrero.
Lavrov, tras reunirse con su homólogo nombrado por los militares, Wunna Maung Lwin, resaltó la "amistad y buena relación" con su socio asiático, quien a su vez se mostró "muy agradecido por su apoyo", recoge la agencia rusa Tass.
El canciller ruso abordará con la autoridades birmanas, según su agenda oficial, todo el espectro de las relaciones bilaterales, incluido el diálogo político, así como la cooperación económico-comercial, la interacción en el ámbito de la defensa y la seguridad y los contactos humanitarios.
Desde la sublevación del Ejército birmano, el líder golpista ha viajado en dos ocasiones a Rusia, donde ha visitado las principales agencias armamentísticas del país.
El golpe de Estado ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, económica y social, con enfrentamientos entre las fuerzas de la junta y los insurgentes, y un aumento de la represión por parte de la régimen castrense contra la oposición civil.
Según la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos, al menos 2.145 personas han muerto por la represión de las autoridades, mientras que casi 15.000 personas han sido arrestadas de forma arbitraria, entre ellas la depuesta jefa de facto del gobierno democrático, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.