El encargado de recibir a Burns fue el viceministro Xie Feng, quien trasladó al diplomático estadounidense el malestar de Pekín por la presencia en la isla de Pelosi, quien se juega "una condena unánime por una provocación deliberada y por jugar con fuego", según recoge hoy la agencia oficial Xinhua.
Xie dijo que la visita constituye una seria violación del principio de 'una sola China', que daña las bases de la relación bilateral y que ataca seriamente a la soberanía e integridad territorial de su país además de socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
"Las consecuencias son extremadamente serias. China no se quedará cruzada de brazos", sostuvo el vicecanciller, quien subrayó que EE.UU. debe rendir cuentas por "decir una cosa y hacer otra" respecto al principio de 'una sola China'.
Mencionó, en este sentido, acciones de Washington como la inclusión de Taiwán en su "Estrategia para el Indo-Pacífico", la desaparición de la frase "Taiwán es parte de China" de la página web del Departamento de Estado o el incremento de la venta de armas a la isla.
El alto funcionario insistió en que EE.UU. pagará por sus errores y urgió al país a rectificar y tomar medidas prácticas para revertir "los efectos adversos" provocados por la visita de Pelosi antes de que la situación en el Estrecho y las relaciones bilaterales sean "irreparables".
Xie exhortó a Washington a dejar de usar a Taiwán para "contener a China" y de interferir en los asuntos internos de Pekín.
"Taiwán es de China y eventualmente retornará al abrazo de la madre patria. El pueblo chino no le teme a los fantasmas, la presión ni el mal", enfatizó.
Nancy Pelosi aterrizó en Taipéi la noche del martes en un viaje no anunciado oficialmente que ha indignado al Gobierno chino, que está respondiendo con un despliegue militar en el Estrecho de Taiwán y sanciones comerciales sobre la isla.
La política visitó esta mañana el Parlamento taiwanés y posteriormente se reunió con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su "apoyo" al territorio.
Se espera que esta tarde la presidenta del Legislativo estadounidense y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca reanude su gira por Asia, que la llevará a Corea del Sur y Japón tras las paradas efectuadas el lunes y el martes en Singapur y Malasia.
Se trata de la primera visita de un presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU. a Taiwán desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich visitó la isla. También es la visita de mayor nivel por parte de un representante estadounidense desde esa fecha, si bien varias delegaciones de congresistas han pasado por allí en los últimos meses.
Washington es el principal suministrador de armas de la isla y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático, que no renuncia a reunificar Taiwán al considerarlo una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.