Se trata del humedal costero conformado por los lagos Huillinco y Cucao, una cuenca hidrográfica de más de 3.000 hectáreas rica en biodiversidad y considerada por los expertos como un área prioritaria de protección.
Este monumento se suma a otros tres humedales que fueron proclamados como santuarios la semana pasada, agregando otras 300 hectáreas de área protegidas cuya conservación se considera de interés para la ciencia o para el Estado por sus posibilidades especiales para investigaciones geológicas.
Se trata de los humedales Bahía Curaco de Vélez, Quinchao y humedal costero de Putemún, los tres emplazados en Chiloé, un conjunto de más de 40 islas que cientos de ballenas azules usan como zona de descanso.
Estos humedales son zonas de gran influencia marina proveniente del Océano Pacífico y dan cobijo también a un gran número de especies de aves, incluyendo varias subespecies endémicas como la diuca de Chiloé, el concón de Chiloé y el rayadito de Chiloé, además de garzas, pudúes o monitos de monte.
La ministra de Medioambiente, Maisa Rojas, afirmó que el nombramiento del santuario es una muy buena noticia dada “la importancia de los servicios ecosistémicos que brindan estos lagos tanto para los habitantes del sector como para el turismo científico y de naturaleza”.
"Esto es de especial relevancia en momentos que el planeta entero enfrenta una grave crisis de biodiversidad”, agregó.
El archipiélago de Chiloé es más conocido por sus paisajes y sus icónicas iglesias de madera, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, construidas por misioneros jesuitas en los siglos XVII y XVIII, que atraen cada año a miles de turistas.