La siguiente vista de esta causa, en la que Zuma está acusado de corrupción y otros delitos en relación con un acuerdo armamentístico de finales de los años noventa, quedó fijada para el 17 de octubre, anunció el juez del caso, Piet Koen, en el Tribunal Superior de Pietermaritzburg (este).
Koen decretó esa demora para permitir que la Corte Constitucional se pronuncie sobre el último intento legal del expresidente de destituir a Billy Downer como fiscal del caso.
Los abogados de Zuma, de 80 años, sostienen que Downer se guía por motivaciones políticas y acusan a la Fiscalía de "filtrar" documentos a la prensa.
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Por su parte, la Fiscalía mantiene que los argumentos de la defensa se basan en "teorías de la conspiración" sin pruebas.
El juez indicó hoy que, en caso de que el alto tribunal desestime la petición de Zuma, su juicio por corrupción procederá el 7 de noviembre.
La recusación de Downer ya fue rechazada por el juez Koen en febrero pasado, cuando determinó que no era en interés de la justicia retrasar más el comienzo del juicio.
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Pero la defensa inició entonces otras medidas -como intentar que instancias superiores revocaran el veredicto de Koen o una querella separada contra Downer-, pues aduce que Downer no es imparcial contra Zuma y que el expresidente no tendrá un juicio justo.
En el llamado “juicio del acuerdo de armas”, a Zuma se le imputan cargos de asociación ilícita, corrupción, blanqueo de dinero y fraude en relación a un acuerdo millonario firmado a finales de la década de 1990 con la empresa francesa Thales.
Al expresidente se le acusa, en concreto, de haber recibido sobornos millonarios con la intermediación de un asesor financiero.
De forma paralela a esta causa, Zuma es el centro de una gran investigación, conocida como la "Captura del Estado", que estudia la presunta corrupción que afectó al aparato público sudafricano mientras él fue presidente.
En esa investigación, el exmandatario se negó repetidamente a declarar y eso le ocasionó una pena de prisión de quince meses por desacato en 2021.
Ingresó en la cárcel a comienzos de julio de ese año y, sólo unos días después, se desataron en Sudáfrica disturbios y saqueos masivos que, si bien empezaron como protestas de apoyo al expresidente, degeneraron en una violencia general, espoleada por los graves problemas socioeconómicos del país, que causó 354 muertos.
El pasado 5 de septiembre, pese a llevar -unicamente unos dos meses de cárcel cumplidos, a Zuma se le otorgó una polémica libertad condicional por motivos de salud cuyos detalles no se hicieron públicos.