El PIB de la primera economía del mundo encadena así dos trimestres de caídas, según confirma el dato publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BEA), lo que tradicionalmente se considera una recesión técnica.
Un diagnóstico que, sin embargo, no comparte el Gobierno estadounidense, que no cree que el país se encuentre en un escenario de recesión dada la robustez de su economía.
Nada más conocerse los datos, el propio presidente, Joe Biden, envió un comunicado en el que asegura que pese a los “desafíos globales históricos” que enfrenta el país, está “en el camino correcto" y se saldrá "de esta transición más fuertes y seguros”.
“Saliendo del crecimiento económico histórico del año pasado y recuperando todos los empleos del sector privado perdidos durante la crisis pandémica, no sorprende que la economía se esté desacelerando a medida que la Reserva Federal actúa para reducir la inflación”, apuntó el mandatario, que destacó el sólido mercado laboral, con una tasa de desempleo del 3,6 %, y no mencionó la temida palabra recesión.
En declaraciones a Efe este jueves, Alejandra Castillo, subsecretaria de Comercio y Desarrollo Económico del departamento de Comercio, insistió en que "los mercados están saludables" y que la economía real está en buena salud con una fuerte creación de empleo.
El dato del segundo trimestre de 2022, el primero de las tres estimaciones que hace el Ejecutivo estadounidense, se produce después de que en el primer trimestre la economía se contrajera el 0,4 %.
Según el informe publicado este jueves por la BEA, que calcula un ritmo anual de caída del 0,9 %, como factores de este retroceso está la alta inflación, que en el segundo trimestre aumentó el 8,2 %, después de crecer el 8 % en el primer trimestre. Excluyendo los alimentos y la energía, los precios aumentaron un 6,6 %, señala la BEA.
Otro de los motivos que ofreció para la caída del PIB es la interrupción de la cadena global de suministros, fuertemente afectada tanto por la pandemia (con China todavía afrontando cortes y cierres por los brotes de coronavirus) como por la guerra de Ucrania.
Además, señaló al aumento de las tasas de interés como otra de las razones, mientras que como contrapartida subrayó las bajas tasas de desempleo.
Se registraron disminuciones en la inversión privada, en el inmobiliario (residencial y no residencial), en el gasto de los gobiernos federal, estatal y local, que fueron compensadas en parte por aumentos en las exportaciones y el gasto del consumidor. Las importaciones, por su parte, aumentaron.
La BEA detalló que, dentro del gasto del gobierno federal, la disminución del gasto no militar se vio impactada por la venta de 72,3 millones de barriles de crudo de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR), según datos del Departamento de Energía.
El dato del PIB se ha conocido un día después de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos subiera en 0,75 puntos el tipo de interés oficial por segundo mes consecutivo y no descartara otro aumento "inusualmente alto" en septiembre, si la inflación continúa subiendo.
En la rueda de prensa que ofreció el miércoles tras anunciar la nueva subida de tipos, el presidente de la Fed, Jerome Powell, quitó hierro al temor de que la vuelta a una política fiscal más agresiva acabe generando una recesión en la mayor economía del mundo.
"No creo que sea probable que la economía estadounidense esté en recesión ahora mismo", dijo Powell.
El pasado martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus previsiones y calculó que la economía estadounidense crecerá un 2,3 % este año y el 1 % el próximo, unas estimaciones que reducen en 1,4 y 1,3 puntos, respectivamente, las de abril.
La institución aseguró que, aunque no prevé que la economía estadounidense entre en recesión este año y en 2023, un "pequeño shock podría ser suficiente" para llevarla a ese escenario.
Wall Street abrió este jueves en terreno mixto y su principal indicador, el Dow Jones de Industriales, ganaba un leve 0,08 %, después de que se anunciara la contracción de la economía de Estados Unidos.