Gretha White, la "Drag Queen" colombiana que inspira a nuevas generaciones

Manuel FuentesMedellín (Colombia), 24 jul (EFE).- El diseñador Walther Duque es Gretha White, una de las “drag queens” más brillantes y sofisticadas de la escena latinoamericana, y también una persona que enfrentó el miedo con determinación y hoy es un ejemplo que inspira a las nuevas generaciones. "Lo que quiero lograr no podría alcanzarlo permaneciendo en la zona de confort", confiesa.

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A Walther Duque (Medellín, 1992) nunca se le pasó por la cabeza que un día se convertiría en una “drag queen”, pero no en cualquiera, sino nada menos que en Gretha White, una artista rodeada de lujo y glamour que sueña con los flashes de los Oscar, la portada de Vogue o la pasarela de Moschino.

“Para mí fue muy difícil encontrar la manera de darle salida a mi feminidad desde la infancia, no me permitía ser gay”, cuenta a EFE en su camerino del Bar Chiquita, mientras inicia el laborioso proceso de maquillaje y vestuario del que, al cabo de dos horas, surgirá Gretha White.

Walther hoy es un diseñador apasionado de la moda, el cine y el teatro, pero años atrás le costó decidirse. “No me atrevía a decir que me gustaba el diseño de modas y me puse a estudiar comunicación social. En la universidad las cosas cambiaron, sentí que era libre y no tenía que manifestar mi naturaleza a escondidas”.

Y fue así que se convirtió en una referencia de la comunidad LGBTI+ de Medellín y en una de las “drag queens” más famosas de la región.

El próximo 25 de septiembre, Gretha White acudirá a una audición en México con otras 29 candidatas de la que saldrán las participantes de La Mas Draga, la competencia más importante del “drag” en Latinoamérica, a la que este año se presentaron más de mil aspirantes.

DEL DISEÑO A LOS ESCENARIOS

Fue por casualidad que este diseñador con dos marcas en el mercado y que ha participado en la feria Colombiamoda acabó luciendo ajustados bodys, pelucas rubio platino y tacones interminables en un minúsculo escenario.

Fue en 2017, durante una fiesta de Halloween organizada por el Bar Chiquita, el mismo lugar de alocada diversión en Medellín (Antioquia) donde ahora cada sábado despliega toda la elegancia y el glamour de una estrella del Hollywood. Esa noche decidió “trepar” al escenario, se maquilló, se caracterizó y se calzó los tacones para escribir el primer capítulo de la leyenda de Gretha White.

La cultura “ballroom”, surgida en Nueva York en los años setenta, ha cobrado un inusitado auge en Medellín, convertida hoy en una capital referente internacional del arte del “drag”, con lugares como el Querida Bar, el Club Oráculo y especialmente el Bar Chiquita.

“La primera vez que me presenté en público estaba horrenda, pero acabé ganando el concurso. En aquella época yo estaba casado (Colombia aprobó el matrimonio homosexual en 2016) y en mi cabeza estaba fantaseando con el “drag”. Luego vino la pandemia, que fue muy importante en mi decisión de convertirme en una estrella a través de Gretha White”, cuenta Duque recordando sus actuaciones virtuales para la audiencia de México, donde se presentó como Madame Red.

EL AMBIENTE 'DRAG' DE MEDELLÍN

“Medellín es un lugar donde se respira libertad y diversión. El turismo LGTBI+ ha contribuido a abrir espacios, la diversidad sexual es hoy más amplia, hay más fiestas”, cuenta Duque, complacido de que su ciudad se haya abierto a un turismo diverso y amigable y hoy rezume arte, alegría y tolerancia. “Las escenas 'queer' en la ciudad ya son habituales”.

En el comienzo, “el ambiente 'drag' de Medellín estaba ligado al transformismo. Era la expresión de una cultura 'underground', muy transgresora” que después dio paso a una versión más glamourosa. El boom del “drag” ha sido tan grande en Colombia que Walther Duque siente “la responsabilidad de salir al mundo a mostrar lo que está sucediendo aquí”.

“La gente que viene a verme es muy joven. Me llaman 'abuelita Gretha', porque empecé muy tarde, a los 22 años. Mis admiradores me dicen 'Gretha, eres una inspiración para mí' y eso me hace superfeliz. Yo no tuve esas referencias cuando comencé”, confiesa.

En la cultura 'drag' hay familias, grupos que surgieron “como respuesta a la discriminación y las violencias a las que son expuestas y que subvirtieron el modelo de familia tradicional en Colombia”, explica Óscar Javier Zambrano en su libro “Trepando el clóset en Bogotá. Contra-historias y escrituras drag”. La familia de Gretha, que ya tiene varias “hijas drag”, se llama "Haus of Candela".

Walther Duque -su primer apellido es otro, pero lo suprimió porque su padre nunca estuvo presente- fue construyendo el personaje de Gretha White poco a poco.

Tomó el nombre por Gretha por Greta Garbo, la legendaria estrella sueca famosa por su elegancia en las primeras décadas del cine de Hollywood, y White por Betty White, la actriz que encarnaba el alma cándida de "The Golden Girls", la exitosa comedia de situación de los años ochenta.

“Yo quiero que Gretha White sea exitosa. Mi personaje es una hipérbole de la feminidad con un toque de humor, una estrella de cine muy bien conectada con una historia medio turbia, como Marilyn Monroe. Sueño con que se convierta en una “socialité”, en una 'celebrity', nada de mediocridad, y que envejezca con la elegancia de una Jane Fonda”.

CAMBIAR DE PERSONALIDAD, UN GRAN DESAFÍO

A veces, Walther Duque también encarna a otro personaje, Berta Lina, “una señora de la cultura paisa (como se conoce a la cultura de la región de Antioquia y el Eje Cafetero colombiano), muy resentida y ultraconservadora”, lo más opuesto a Gretha White que se pueda imaginar.

“También me desvinculo mucho de Gretha para disfrutar mucho de mi vida como Walther, porque a veces me pregunto qué quiere la gente cuando se me acerca, si ser amiga de Walther o ser fan de Grehta”, confiesa el joven diseñador, quien también ha desfilado en pasarelas encarnando a su personaje.

“Cuando me transformo, me cuesta reconocerme. Jugar con las dos personalidades es un desafío enorme, es muy fuerte psicológicamente. Yo no quiero que Gretha White se robe a Walther Duque -confiesa-, pero siento que voy a tener que darle presencia. Eso me da un poco de miedo, porque si la fama de Gretha White sigue creciendo, la gente que se me acerque va querer estar con ella, no conmigo”.

“Sacrifico mi salud mental. Me he quitado de encima unas cargas, pero me he echado otras”, reconoce.

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