Wickremesinghe, hasta hoy primer ministro, celebró el lunes una reunión con los miembros de su gabinete donde acordaron que "en cuanto haya un acuerdo para formar un Gobierno de todos los partidos, entregará las responsabilidades a ese Gobierno", informó este miércoles la División de Medios del primer ministro.
Sri Lanka entró en una crisis institucional el sábado pasado, después de que una revuelta social impulsada por decenas de miles de manifestantes asaltará el palacio presidencial obligando a huir al hasta hoy presidente, Gotabaya Rajapaksa.
El mandatario anunció entonces que renunciaría a su cargo, una decisión que debía hacer efectiva hoy mismo.
Poco antes de que los manifestantes incendiarán su residencia privada, Wickremesinghe aseguró también que renunciaría como primer ministro para permitir la formación de un nuevo gobierno.
Sin embargo, después de huir del país en un avión militar, Rajapaksa designó a Wickremesinghe como presidente interino sin que ninguno de los dos formalizara la renuncia.
En consecuencia, el nuevo presidente en funciones indicó hoy tras el encuentro con su gabinete su intención de no cumplir con lo anunciado, al menos hasta que el partido gobernante y la oposición formen un Gobierno de unidad nacional.
Este comunicado se produce al mismo tiempo en que los partidos de la oposición negocian entre sí para repartirse los puestos de presidente y primer ministro de Sri Lanka.
Los líderes opositores nunca han estado conformes con la designación de Wickremesinghe como primer ministro en mayo, cuando sucedió al ex primer ministro y hermano de Gotabaya Rajapaksa, Mahinda Rajapaksa, ni con su reciente nominación como presidente en funciones.
Aún así, el presidente en funciones ha pedido al Parlamento que designe a un nuevo primer ministro para que ocupe la vacante que ha quedado con su pase a la Presidencia, según el comunicado.
Los partidos de la oposición habían acordado el lunes nominar al nuevo presidente el 20 de julio en el Parlamento, que más tarde se encargaría de formar un Ejecutivo.
Ese nuevo Gobierno tendrá la difícil tarea de reconducir la situación y de negociar con el Fondo Monetario Internacional un programa de rescate que devuelva la estabilidad financiera a la isla.