La Fuerza Aérea confirmó hoy la salida del presidente Rajapaksa con destino al paradisíaco archipiélago de Maldivas, poniendo fin a cuatro días de incógnita sobre el paradero el líder que llegó a ser conocido como el "terminator", por su rol en la guerra civil contra los Tigres Tamiles.
Sin un mensaje a la nación ni una ruta a seguir tras su salida, la nación insular debe resolver hoy un camino inmediato a la crisis institucional y pasar a atender enseguida la crisis económica, casi sin reservas, muy endeudada, y sumergida en una profunda escasez de productos básicos.
LA RENUNCIA
Gotabaya, que fue electo a finales de 2019, anunció su renuncia a través del presidente del Parlamento tras huir de su residencia oficial el pasado sábado, antes de que fuese asaltada por miles de personas en una revuelta popular que pedía desde hace meses su dimisión.
El anuncio del presidente, sin embargo, precisaba que renunciaría a su cargo el día 13 de julio, sin que hasta ahora Rajapaksa se haya dirigido directamente a la nación.
Se desconoce si el mandatario se dirigirá al país para hacer efectivo su anuncio, mientras que los partidos políticos y la población esperan que se declare el vacío para elegir su relevo.
De acuerdo con la Constitución esrilanquesa, una vez declarada la ausencia del presidente y del primer ministro, el jefe del Parlamento asume las funciones y dentro de un plazo de 30 días, el legislativo elige un presidente interino para completar el mandato.
Aunque primer ministro, Ranil Wickremesinghe, anunció el sábado pasado que también cesaría en el cargo, esta renuncia aún no se ha formalizado y su despacho ha seguido informando de asuntos del país.
Los partidos de la oposición, que ya han comenzado a elegir sus candidatos entre los miembros del Parlamento, han acordado ya elegir el próximo 20 de julio al nuevo presidente de Sri Lanka.
Entretanto, nuevas protestas tuvieron lugar hoy en el perímetro de la oficina del Wickremesinghe para exigir que el primer ministro abandone el cargo para el que fue designado hace apenas dos meses.
LA CRISIS
La elección del nuevo presidente y su Gabinete es un asunto urgente para Sri Lanka, que se encuentra en este momento negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un programa de rescate que el permita restaurar la estabilidad fiscal.
Esta nación de 22 millones de habitantes necesita con urgencia flujo de caja para la adquisición de combustible, alimentos y medicinas.
Sri Lanka afronta la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia del coronavirus en el turismo.
Con las reservas internacionales marcando mínimos históricos y la decisión de suspender los pagos de su deuda exterior el pasado abril, Sri Lanka se acercó al FMI en busca de una línea de crédito para restaurar la estabilidad fiscal, al tiempo que intenta alcanzar acuerdos con sus prestamistas para la reestructuración de la deuda.