El último ataque tuvo lugar ayer en la playa conocida como Ocean Beach, y la víctima fue un socorrista que resultó con varias mordeduras en el pie, producidas por un tiburón tigre de tamaño de entre 3 y 5 pies (entre 1 y 1,5 metros), según la televisión News12 de Long Island, que entrevistó a la víctima.
El socorrista, de 17 años, estaba realizando un ejercicio de simulación de accidente, en el papel de víctima, cuando sintió mordeduras en su pie, y entonces se dio cuenta de que había sido un tiburón. En ese momento se encontraba a unos 140 metros de la orilla y nadó asustado hasta la orilla.
Tras el incidente, la playa fue cerrada durante una hora, y en las horas siguientes los bañistas fueron autorizados a entrar en el agua solo en zonas poco profundas.
Una situación casi idéntica se registró el pasado domingo no lejos de allí, cuando otro vigilante fue mordido también en una sesión de entrenamiento, y el portal Gothamists añade que el 30 de junio un nadador de 57 años sufrió lo que la policía local llamó "un posible ataque de tiburón", también cerca de allí.
Aunque son muy mediatizados desde la célebre película “Jaws” (Tiburón) de Steven Spielberg (1975), todos los expertos coinciden en que los ataques de tiburones a humanos son extremadamente raros y casi nunca mortales.