En una rueda de prensa conjunta, el jefe de la Policía de Richmond, Gerald Smith, y el alcalde de la localidad, Levar Stoney, revelaron la operación policial llevada a cabo tras recibir la alerta y que se saldó con dos detenidos.
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Un informante anónimo llamó a la Policía el viernes 1 de julio (tres días antes de la celebración) y explicó que había escuchado una conversación en la que alguien aseguraba que se estaba preparando un tiroteo masivo para el 4 de julio en el anfiteatro Dogwood Dell de Richmond.
En ese anfiteatro, con capacidad para 2.400 personas, se llevaron a cabo eventos festivos con motivo del Día de la Independencia de EE.UU. el pasado lunes.
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Nada más recibir la llamada, la Policía se dirigió a una residencia de la localidad en la que halló dos rifles de asalto, una pistola y 223 rondas de munición.
Los dos detenidos son extranjeros y no tienen la ciudadanía estadounidense.
Uno de ellos fue arrestado el mismo viernes, mientras que el segundo fue puesto bajo vigilancia y se procedió a su detención el martes.
Además de la Policía de Richmond, también participaron en la operación el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Buró Federal de Investigación (FBI).
El mismo día en que los detenidos presuntamente planeaban llevar a cabo su tiroteo, un hombre disparó varias rondas de munición contra los asistentes al desfile del 4 de julio en Highland Park (al norte de Chicago), matando a 7 de ellos e hiriendo a otros 39.
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El sospechoso de 21 años, Robert Crimo, deberá hacer frente a siete cargos de asesinato en primer grado —uno por cada víctima mortal— y la Fiscalía presentará más acusaciones en los próximos días en relación con las 39 personas heridas.