Johnson compareció hoy en la sesión de control en la Cámara de los Comunes, en la que tanto los partidos de la oposición como algunos diputados conservadores le exigieron la renuncia a raíz de la serie de escándalos que han salpicado su mandato.
"El trabajo de un primer ministro en tiempos difíciles, en circunstancias en las que se le ha dado un mandato colosal (por las elecciones generales de 2019), es seguir adelante y eso es lo que voy a hacer", afirmó el jefe del Gobierno.
Johnson -que ayer recibió las renuncias de Rishi Sunak como titular de Economía y de Sajid Javid como ministro de Sanidad- hizo esta afirmación después de que el diputado "tory" Tim Loughton le preguntase en qué circunstancias el "premier" creía que podía dimitir.
"Cuando los momentos son duros y el país afronta presiones económicas, con la mayor guerra en Europa en 80 años (Ucrania), es el momento en que uno espera que un Gobierno continúe con su trabajo y no se marche", puntualizó el primer ministro.
Johnson afronta hoy una hemorragia de dimisiones en su Gobierno, en su mayoría de secretarios de Estado, después del último escándalo en torno al diputado Chris Picher.
El primer ministro reconoció ayer, tras haberlo negado en un principio, que sí sabía que Pincher -exresponsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador- había sido investigado en el pasado por comportamientos inapropiados hacia hombres.
En relación a Pincher, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, señaló que el primer ministro ha tolerado un "comportamiento horrible, inaceptable en cualquier aspecto de vida".
"¿No es este el primer caso registrado de barcos que se hunden huyendo de la rata?", se preguntó Starmer en referencia a las continuas dimisiones en el Ejecutivo.
En medio de las presiones para que dimita, el líder conservador dijo que su Gobierno está centrado en ayudar a las familias en todo el país a superar la crisis por el alza de la inflación y avanzó que se dispone a recortar impuestos para 30 millones de ciudadanos.
El líder conservador superó recientemente una moción de censura interna de su partido, pero la votación evidenció el descontento del 41 % de los parlamentarios “tories” con su gestión y con la serie de escándalo, como las fiestas e la Downing Street durante la pandemia.