"Estoy muy preocupado por las condiciones de trabajo, extremadamente estresantes y difíciles, en las que la dirección y el personal ucraniano están operando la planta. Cada día que pasa aumenta el riesgo de que se produzca un accidente o un fallo de seguridad" denunció hoy Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El diplomático argentino aseguró que la guerra en Ucrania, provocada por la agresión rusa, ha creado un peligro "sin precedentes" y que el asalto a Zaporozhie el 3 de marzo provocó un incendió que llevó al OIEA a establecer su nivel más alto de alerta desde el accidente en 2011 en la planta japonesa de Fukushima.
Grossi enumeró que la guerra ha puesto en peligro la seguridad de las fuentes de radiación, ha destruido infraestructuras, ha dañado depósitos de residuos y ha amenazado con provocar daños en las centrales nucleares de Ucrania.
"Ha afectado negativamente a la central nuclear de Chernóbil y a la zona de exclusión, así como a la central nuclear de Zaporozhie, y a su personal, de múltiples maneras", denunció Grossi durante una conferencia en Austria, según informó en un comunicado el OIEA, con sede en Viena.
Grossi recordó que el OIEA ha estado ayudando a las autoridades nucleares ucranianas, tanto a distancia como con misiones sobre el terreno, e insistió en que está tratando de organizar una visita de asistencia técnica a Zaporozhie, la planta nuclear más grande de Europa, y sobre la que Ucrania no tiene ningún tipo de control actualmente.