Con el asesinato de Ronald Rojas “se alcanza la aterradora cifra de 333 firmantes de paz asesinados, en su mayoría ocurridos en el gobierno Duque”, escribió en Twitter, Rodrigo Londoño, jefe del partido Comunes.
Conocido como Ramiro Durán en su época de líder del Bloque Sur de la FARC, Rojas tenía 41 años y fue atacado por un francotirador que le propinó dos disparos en el pecho el lunes en una zona rural de la ciudad de Neiva, detalló la fuerza política en un comunicado.
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Antes de entregar las armas en 2017 fue responsable político de una de las estructuras más numerosas de la que fuera la guerrilla más poderosa de América.
Tras firmar la paz, integró la comisión de seguimiento de los acuerdos suscritos, de la que también hacen parte funcionarios colombianos.
Ataques contra excombatientes de la guerrilla
Desde ese órgano denunció “ataques direccionados” contra excombatientes de la guerrilla y sus antiguos colaboradores en el sur del país.
En abril de 2021, Rojas renunció al partido Comunes por diferencias con la dirigencia.
Era “un líder comprometido con el territorio, con el diálogo y con el proceso de reincorporación”, recordó en Twitter el jefe de la misión de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, quien subrayó “la necesidad reforzar la seguridad de excombatientes y líderes de paz”.
Aunque el acuerdo de paz mermó la violencia política, el país aún lidia con grupos armados que se lucran del narcotráfico y otras rentas ilegales en las antiguas zonas de influencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Cientos de exguerrilleros que hacían parte del pacto han sido asesinados por disidentes que retomaron las armas, grupos de narcotraficantes e incluso miembros de la fuerza pública, de acuerdo con la fiscalía.