“Hoy Italia llora las víctimas y todas las italianas e italianos se unen con afecto. El Gobierno debe reflexionar sobre lo ocurrido y tomar medidas para que se de una baja probabilidad de que vuelva a ocurrir o evitarlo”, señaló Draghi, visiblemente consternado.
El primer ministro acudió hoy a la localidad de Canazei, entre las regiones de Veneto y Trentino-Alto Adige (norte), para supervisar las labores de búsqueda de desaparecidos y trasladar a las familias de las víctimas y a los heridos la solidaridad de todo el país.
Un balance destinado a empeorar
La zona, a la que Draghi tuvo que llegar en coche dado que las condiciones meteorológicas le impidieron completar el trayecto en helicóptero, fue barrida por el desprendimiento del glaciar de la Marmolada montaña abajo que arrastró todo lo que encontró a su paso.
Se trata de una masa de hielo y roca de 200 metros de longitud, 60 de anchura y 30 de espesor. Es como si colapsaran por la ladera dos campos de fútbol macizos de treinta metros de grosor, ilustró el presidente del Véneto, Luca Zaia.
El balance, por ahora provisional, consta de siete muertos, el último hallado en esta mañana de lunes. Los otros son tres italianos -dos guías y un alpinista de 27 años llamado Filippo Bari-, mientras que también hay un checo y dos personas aún por identificar.
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Los desaparecidos, constatados por las denuncias de familiares que no consiguen localizaros, son oficialmente trece: diez italianos y tres checos (previatemente constaba también un austríaco que ha sido localizado en las últimas horas a salvo en otro lugar).
Los heridos ascienden a ocho, dos en graves condiciones, y han sido ya hospitalizados en las ciudades de Trento, Bolzano, Belluno, Feltre y Treviso.
Se temían hasta veinte desaparecidos pero algunos han sido localizados en sus domicilios u otros puntos, como un niño de 9 años.
No obstante, las víctimas -muy difíciles de identificar por el estado de los cadáveres- probablemente aumentarán en las próximas horas, según avisan los socorristas, dado que algunos testigos sostienen que en la ladera había una treintena de personas.
Difíciles labores de rescate
Las labores de búsqueda de los desaparecidos se han reanudado esta mañana tras el vendaval que azotó la zona durante la noche y están teniendo lugar por aire con drones y helicópteros, uno de ellos con un sistema para detectar las ondas de los teléfonos móviles.
Se teme que las altas temperaturas puedan causar nuevos colapsos y poner en peligro a los servicios de emergencia.
"Quiero agradecer a todos los que han trabajado en este día y medio. A Protección Civil, a los bomberos, al Socorro Alpino, a las autoridades sanitarias y a todos los voluntarios por su generosidad, profesionalidad y valentía", aplaudió el primer ministro.
Porque, agregó, las operaciones de rescate se están desarrollando "en una situación de gran peligro".
Los equipos de emergencia avanzaron que la búsqueda seguirán el mismo método "en los próximos días" porque la búsqueda terrestre no es segura.
La sombra de la crisis climática
El cambio climático planea sobre esta tragedia, ya que se estima que el aumento de las temperaturas causará la extinción de la mayoría de los glaciares alpinos por debajo de los 3.600 metros de altitud antes de que acabe el siglo. Y la Marmolada es uno de ellos.
El primer ministro, de hecho, atribuyó sin tapujos la tragedia a esta amenaza: "Este es un drama que de seguro es imprevisto pero también depende del deterioro del medioambiente y de la situación climática", refirió Draghi, sensible a esta problemática y cuyo Gobierno tiene el primer ministerio para la Transición Ecologica.
El alcalde de Trento, Franco Ianeselli, expresó su pésame a las familias pero pidió medidas para paliar esta situación: "¿Debemos resignarnos a seguir llorando o no sería mejor actuar cuanto antes para mitigar el aumento de las temperaturas?", cuestionó.
Los glaciares de los Alpes Orientales y del macizo de los Dilomitas vienen evidenciando una marcada crisis y, desde 2005, han perdido alrededor del 20 % de su superficie, según explicó el experto del Gobierno provincial de Bolzano, Roberto Dinale.
Por esa razón, cada año se registran desprendimientos o colapsos y la situación este año ha empeorado a causa de la ausencia de precipitaciones y de una sequía sin precedentes en los últimos setenta años en toda la zona norte del país.