El juez federal Federico Villena libró nuevos exhortos a EEUU para saber si el piloto iraní Gholamreza Ghasemi “es investigado” en algún proceso en ese país y si se adoptó alguna “medida restrictiva de su libre circulación”, según indicaron las fuentes.
El juez también consultó si sobre la aeronave "pesa o no un embargo o restricción formal", agregaron.
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La petición se realizó por requerimiento de la fiscal Cecilia Incardona, quien en un dictamen presentado esta semana requirió medidas de prueba para investigar “la posible relación de Gholamreza Ghasemi con actividades de terrorismo internacional” y acreditar la titularidad de la aeronave.
El avión en cuestión, un Boeing 747 Dreamliner de carga, fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
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La aeronave ingresó en Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, previa escala en Venezuela, con destino al aeropuerto internacional de Ezeiza, y el 8 de junio despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
En Argentina, las petroleras no cargan combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.
La Justicia argentina lleva adelante una investigación para dilucidar los posibles vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional.
En ese marco, el juez Villena retiró los pasaportes a toda la tripulación -cinco iraníes y catorce venezolanos- e incautó el avión.
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En tanto, la fiscal Incardona observó que el FBI informó que el piloto del avión es director ejecutivo y miembro del consejo de administración de Qeshm Fars Air, empresa que proporciona asistencia a la fuerza Quds -una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán- y a Mahan Air, las cuales han sido calificadas como “entidades terroristas”.
Para la fiscal, se debe indagar si el verdadero objetivo del arribo de la aeronave a Argentina fue exclusivamente para transportar partes y piezas para automóviles o si estuvo eventualmente orientado a un "acto de preparación para proveer bienes o dinero" que pudieran utilizarse para una actividad de terrorismo.
La irrupción de esta aeronave provocó un revuelo mediático y cuestionamientos de la oposición en Argentina, un país que sufrió dos atentados terroristas en la década del 90 -a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y a la embajada de Israel en Buenos Aires- que la Justicia local relaciona con personas poderosas de Irán y el grupo Hezbolá.