En el mayor país de Latinoamérica el aborto es considerado un delito, con una pena prevista de entre 1 y 3 años de prisión. Pero es legal bajo tres situaciones: ante un embarazo como consecuencia de una violación, cuando existe riesgo de vida para la mujer o en caso de anencefalia del feto.
Bolsonaro ha dicho que, por él, el aborto “jamás será aprobado” en Brasil.
“Un bebé de SIETE MESES de gestación, no se discute cómo fue concebido, si está amparado o no por la ley. Es inadmisible hablar de quitar la vida de ese ser indefenso”, escribió en Twitter la noche del jueves el presidente.
Bolsonaro compartió además la imagen de un bebé de 25 semanas en una incubadora, cuatro menos que el feto de la niña.
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El miércoles pasado la pequeña de 11 años abortó luego de que una jueza de Santa Catarina (sur), Joana Ribeiro Zimmons, intentara impedirlo, pese a que por su edad es considerada víctima de violación, según reportó la prensa brasileña.
El caso causó indignación en Brasil, donde muchos internautas viralizaron la leyenda “Criança não é mãe (Niña no es madre)” en las redes sociales.
El mandatario brasileño agregó que la “única certeza” es que tanto “la niña embarazada de 7 meses” y “el bebé” fueron “víctimas (...) que no deberían pagar por lo que no son culpadas” y “ser protegidas del asedio maligno de grupos proaborto”.
Además, afirmó que solicitó a los ministerios de Justicia y de Mujer, Familia y Derechos Humanos que investiguen los “abusos” cometidos por quienes participaron del aborto.