De acuerdo con los investigadores, la ausencia de educación o la caída en la calidad de la misma durante los más de dos años de pandemia hará que la media de resultados en estas dos disciplinas consideradas habilidades fundamentales caiga a niveles de hace una década.
“Latinoamérica ya tenía una crisis educativa antes de que llegara la pandemia, y la covid-19 la ha ahondado todavía más”, dijo en una entrevista con Efe la autora principal del informe, Emanuela Di Gropello, quien aseguró que los datos actuales ya empiezan a apuntar en esa dirección.
No pueden interpretar textos
Otro de los hallazgos de la investigación fue que 4 de cada 5 alumnos de 11 años (es decir, el 80 %) serán incapaces de entender e interpretar adecuadamente un texto básico de longitud moderada.
Los expertos llegaron a estas conclusiones usando como datos la duración de los cierres escolares en la región (significativamente superior a la de otras partes del mundo) y estudios sobre cómo la falta de educación o una educación de peor calidad afecta al proceso educativo de los niños.
Según las cifras que maneja el Banco Mundial, unos 170 millones de estudiantes latinoamericanos y caribeños han recibido únicamente el 50% de clases presenciales que les habría tocado desde que se declaró la pandemia y hasta la fecha de hoy.
Lea más: Consecuencias de pandemia en el aprendizaje preocupa al MEC, que ya analiza vuelta de vacaciones
Los más pequeños son los más vulnerables
"Los niños más vulnerables son los más pequeños y los que provienen de entornos socioeconómicos bajos", explicó Di Gropello, quien añadió que este retroceso educativo se traducirá en una pérdida de ganancias futuras (es decir, en salarios y otros ingresos a lo largo de su vida laboral) del 12 %.
Para tratar de mitigar el impacto de los cierres escolares durante los pasados dos años, los investigadores sugirieron una reapertura "segura y sostenible" de todas las escuelas, que todos los estudiantes sin excepción vuelvan a matricularse y que se evite el abandono escolar.
Además, propusieron que los currículos escolares prioricen las habilidades fundamentales (como lectura, escritura y matemáticas), que los maestros avalúen los niveles de cada alumno para determinar los efectos de la pandemia y que se implementen estrategias y programas específicos.